Tuvo suerte, le salió la oportunidad de su vida y ahora tiene el auto que tanto soñó: una Peugeot Partner Patagónica. Así se puede resumir el premio que ganó Walter Darío Gil, de 38 años, con el Bingo El Diario. El docente de una escuela en la localidad de San Francisco del Monte de Oro puso 36 mil pesos de diferencia y cambió su Peugeot 208. Ayer, se llevó su premio andando.
compró el matutino el martes 10 de diciembre, 12 días antes del sorteo.
“Este vehículo es más práctico para la zona donde vivo porque, si bien ahora asfaltaron más calles, es un lugar rural. Todos mis parientes viven en las afueras. Al auto hay que cuidarlo más en esos lugares. Era más para la pinta, para gente joven y yo ya pasé esa etapa. Quería algo familiar”, sostuvo con una sonrisa. El hombre, al que prefiere que lo llamen Darío, está casado con Lorena y tienen dos hijos: Sashya y Maico.
En la concesionaria Glamour debía buscar su recompensa y como el auto aún estaba en fábrica le ofrecieron obtener otro de mayor importe y con crédito. “Yo no iba con esa intención”, aseguró. En stock había una Partner color “rojo lucifer” naftera y como tenía dinero ahorrado, para construir un dormitorio en su casa, vio su chance.
“Pensé durante unos días porque yo quería un diesel, pero como los precios de los combustibles no varían mucho, acepté”, dijo Gil sobre el primer cero kilómetro que tendrá. Ya tenía dos Peugeot 504, uno con el motor fundido y el otro que lo usa para trabajar, y del que ya tiene compradores interesados.
“Al 208 me lo iba a dejar, no lo pensaba vender, y al 504 también porque es un auto muy noble. Ahora, al que está fundido lo voy a arreglar más adelante, cuando pueda”, comentó. En el 2008 le entregaron una casa de barrio y al tiempo pudo construir un garaje donde tiene ambos autos.
El docente aseguró que quedó “contento” cuando ganó el 208 y reconoció que cuando depositó el cupón no ganador desconocía por qué premió competía: “Pensé que era por los 250 pesos”. “Ese día me llamó mi amigo Pablo González, un asistente social, que presenció el sorteo en La Punta. Estaba más contento que yo. Al principio pensé que era una cargada, pero después me di cuenta de que no, y me lo tomé tranquilo. Soy así”, reconoció.
Gil compró el matutino el martes 10 de diciembre, 12 días antes del sorteo. “El fin de semana anterior hice un asado en casa y es típico limpiar la parrilla con un diario. No tenía. Rabeé por la falta de papel y lo raspé con un cartón. Entonces me dije que un día debía tener uno. Un día salgo temprano de la escuela y fui a conseguir pan en el centro. Como cerca hay un puesto, fui a comprar el diario. En la tapa estaba la promoción del bingo, me vuelvo y le pregunto al vendedor si lo que estaba impreso dentro era el cupón. Me pidió disculpas y me entregó el cartoncito. Lo jugué el domingo y no tuve suerte. Ese día un merlino ganó 30 mil pesos. En el sorteo le dije a mi mujer: qué se sentirá ganar un cero kilómetro”, reconoció como si fuera una mueca del porvenir. Durante la semana fue al kiosco a depositar el cupón y lo mandaron a la agencia de quiniela.
“La suerte cuando te llega, te llega. Nunca creí que me iba a tocar a mí”, dijo el docente y reconoció que cree en el destino. Sin embargo, no juega a los juegos de azar. Excepto a los bingos que organiza en la escuela, en los que juntan fondos para ayudar a los chicos. “Hacer tantos bingos, parece que me ha premiado”, consideró.
Para Gil, ayer no fue un día más. Dijo que gracias a este resultado, más gente del interior se entusiasmó con ganar y aseguró que en San Francisco la fe rebrotó como un hecho inaudito. El hombre tiene dos puestos en el colegio Nº 29 “Comandante Luis Piedra Buena” desde hace ocho años. Por la mañana es profesor de Lengua y Ciencias Sociales del primer año y por la tarde, preceptor.
“Siempre pasé por la puerta de este medio pero jamás pensé verlo por dentro. Es muy linda la redacción”, comentó tras la entrevista.
El afortunado jugador pasó el día en La Punta, donde viven unos familiares. A la noche, viajó con su regalo rodante.


Más Noticias