SAN LUIS - Domingo 29 de Junio de 2025

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Quieren probar que mataron a un hombre para defenderse

Por redacción
| 14 de febrero de 2014

 

“Marcela Gil es víctima de la violencia de género desatada por Quiroga. Hay constancias por lo menos desde el año 2010”, Cándido Assat.


Cuando empezó su relación con Marcela del Rosario Gil, hace un mes, Claudio César Brito no pensó que le fuera a costar tanto. Ahora los dos están presos, acusados de matar al ex esposo de ella, Fernando Quiroga, que no se resignaba a que Marcela hubiera reanudado su vida amorosa. Los abogados de ambos están empeñados en lograr que la detención y la acusación de homicidio duren lo menos posible. Quieren demostrar que lo mataron en legítima defensa.

 


Si bien es cierto que Marcela y Claudio estuvieron involucrados en la reyerta con Quiroga, el hombre recibió una sola puñalada mortal que le perforó el corazón y lo hizo desangrarse sin dilaciones. De modo que hay un solo autor material.

 


Claudio “Queco” Brito va a declarar en estos días ante la jueza Penal Nº 1 subrogante, Carina Gregoraschuk. Su abogado, Jorge Merlo, anunció anteayer que la audiencia sería hoy. Ayer, la jueza le dijo a este medio que todavía no había fijado la fecha. El abogado Cándido Assat dio por sentado ayer que será el lunes.

 


El defensor de “Queco” no quiso revelar qué va a decir el detenido. Pero es posible que admita ser el autor de la cuchillada letal.

 


Uno de los dos vecinos que resultaron testigos clave del hecho, ocurrido el lunes a la madrugada en la casa 18 de la manzana F del barrio San Luis XV, declaró que cuando entró por segunda vez a la vivienda vio a Quiroga cuando caía al piso, con una herida a la altura del corazón, de la que salía mucha sangre. Y a Brito, con un cuchillo en la mano, que le dijo “disculpame, hermano, lo tuve que hacer, gracias por llevarte los chicos”.

 


Es que el mismo vecino había entrado unos segundos antes a la casa, alertado por los gritos, y había visto a Fernando Quiroga, fuera de sí, atacando a golpes a su ex y a “Queco”. El testigo había tenido el buen tino, en ese momento, de sacar de la vivienda a los cuatro hijos de la mujer, para que no siguieran viendo la violencia desatada por su padre. El hombre pensaba que cuando volviera de poner a salvo a los chicos iba a poder mediar en la pelea. Pero no tuvo tiempo.

 


Quiroga había llegado ebrio, hecho una furia, y había entrado sin permiso a lo de su ex, pese a que la relación había terminado y que la jueza de Familia y Menores Estela Bustos le había prohibido acercarse a su esposa desde el 16 de noviembre pasado.

 


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