Las abundantes lluvias de este verano hicieron efecto en las Lagunas de Guanacache, principalmente en el límite con Mendoza, a la altura de la localidad de Desaguadero. La flora y la fauna hoy dejan a tras lo que era casi un desierto.
“El azud sur que el Gobierno construyó sobre el lecho del río Desaguadero, luego de 20 años de negociaciones con las provincias vecinas, ya está dando sus frutos. Se observa un muy buen nivel de agua y se percibe que, de a poco, la flora y fauna vuelven a este lugar que la desertificación buscaba adueñarse”, destacó la ministra de Medio Ambiente, Daiana Hissa.
El azud norte, que se ubica río arriba, hoy es el primero en recibir el caudal luego de las lluvias. Allí se aprecia en menor medida el volumen de agua porque se encajona al contar con mayor profundidad, que está dada por las barrancas que en esa zona son más pronunciadas.
La recuperación de las Lagunas y Humedales de Guanacache es un trabajo a largo plazo, las negociaciones con las provincias vecinas fueron clave, luego llegó la decisión política de la Provincia de construir estos azudes para contener el agua de lluvia y así lograr que el Desaguadero vuelva a desbordar, regenerando los antiguos humedales llenos de vida e historia. “El nivel de agua es el más alto alcanzado desde el inicio de la obra. El río ya empezó a abrirse, a ensanchar su cauce, comenzando con la recomposición de las lagunas que permitirán ir recuperando la flora y la fauna de la zona”, explicó el jefe de Programa Biodiversidad, Jorge Heider.


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