En una histórica ceremonia en el Congreso de los Diputados español el nuevo monarca prometió renovación institucional y ser "cauce entre todos los españoles", en los actuales tiempos de crisis económica y política que vive el país.
A los 46 años, Felipe VI sucede en el trono a su padre, el abdicado rey Juan Carlos I, y lo hace celebrando el hecho de ser un "rey Constitucional".
"Un rey que accede a la primera magistratura del Estado de acuerdo con una Constitución que fue refrendada por los españoles y que es nuestra norma suprema desde hace ya más de 35 años", remarcó Felipe VI tras jurar lealtad a la Carta Magna.
Felipe VI asume siguiendo el proceso constitucional pero hereda una corona salpicada por escándalos de corrupción y que ha perdido popularidad en un país sumido en una crisis económica, con 25% de desocupación, y que afronta tensiones separatistas, además de la presión de los partidos de izquierda reclamando un referéndum para elegir entre la monarquía y la república.
El nuevo Jefe de Estado prestó juramento en el Congreso de los Diputados de Madrid en un acto sobrio del que participaron los miembros del gobierno, encabezado por el presidente Mariano Rajoy, diputados y senadores, y los presidentes regionales, incluido el catalán, Artur Mas -quien pretende celebrar un referendo por la independencia de Cataluña-, y el vasco, Iñigo Urkullu.
"Desde hoy encarno una monarquía renovada para un tiempo nuevo", subrayó el rey, quien dijo aspirar a "revitalizar nuestras instituciones".
"En esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español", dijo Felipe VI.
Télam
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