Sigue internado el matrimonio herido en un tiroteo con la Policía

En una sala de Traumatología del Hospital San Luis permanecía internado  anoche el matrimonio baleado antenoche por policías del grupo táctico COAR durante un procedimiento que tenía el propósito de dar con Cristian Walter “el Mono” Allende, uno de los acusados por el asesinato de Angélica Araneda.
Antonio Basilio Albornoz, de 65 años, y Ángela Chirino, de 64, “están bien, estables y van a permanecer internados por ahora”, informó anoche el director del hospital, Sergio Eduardo Allende.
Detalló que a ambos les han suministrado “antibióticos endovenosos y no necesitan intervenciones quirúrgicas por ahora”.
El médico detalló que las heridas de bala que presentan Albornoz y su esposa “son múltiples. Tiene alrededor de once el señor, y la señora un poco menos, pero ninguno afectó una arteria importante”.
Todos los impactos, señaló Allende, “están ubicados en los miembros, en el caso de Albornoz, de la zona inguinal para abajo”.
Por la mañana, el departamento de Relaciones Policiales había detallado que el hombre sufrió heridas “en ambas manos, abdomen, pelvis, región inguinal derecha y pierna derecha”.
“Su cónyuge presenta heridas en la pierna izquierda, a la altura del muslo y la rodilla, y en la pierna derecha a la altura del peroné”, señalaba el informe policial.
En el tiroteo, el oficial Hugo Hernán Ferretjans, del COAR (Cuerpo de Operaciones de Alto Riesgo), recibió dos balazos en el casco antibalas, uno en el costado derecho y el otro en el izquierdo, informó anoche el jefe del Departamento Operaciones de la Policía, comisario inspector Daniel Calderón.
Los disparos calibre 22 largo fueron disparados en medio de la oscuridad por Albornoz, cuando escuchó que desconocidos habían entrado por la fuerza a su casa, que estaba a oscuras.
Un sobrino de Albornoz dijo ayer a una radio que, ya en el hospital, su tío le contó que disparó porque los policías no se identificaron. El dueño de casa vio una sombra saltar la medianera hacia su casa, pensó que era un ladrón y buscó su arma, con la cual hizo un disparo al suelo.
Fue a las nueve y media de la noche, cuando policías de la división Homicidios, apoyados por efectivos de Delitos, Comisaría 4ª y los grupos especiales COAR y GEOTU, allanaban la casa de Brenda Añes, la novia de “el Mono” Allende. Es la vivienda número 11 de la manzana 46, en el Anexo 3 del barrio Eva Perón.
No hallaron al prófugo allí y siguieron buscando en los alrededores.
Irrupción en la oscuridad
Tres efectivos del COAR y uno de la seccional 4ª volvían hacia la casa allanada cuando, desde la esquina de la avenida La Bandera y la calle Juan Barbeito, vieron que “un hombre entraba corriendo a la vivienda colindante” por el fondo con la de Añes, informó la Policía. Supusieron que podía ser Allende y decidieron irrumpir tras él en la casa.
Ya habían retenido al joven, que resultó ser el hijo de Albornoz, y se disponían a sacarlo cuando el dueño de casa les disparó.
Los policías respondieron con sus armas calibre 9 milímetros y no tardaron en escuchar gritos de dolor en una habitación de la que habían provenido los tiros.
“El aviso de que había una persona herida de bala ingresó a las 21:34. Cuando el móvil llegó al barrio constató que eran dos los heridos”, informó anoche el jefe de la Comisaría 7ª, comisario Juan Carlos Leyes.
Apenas le informaron, el juez Penal Nº 1, Sebastián Cadelago Fillippi, fue a la casa donde ocurrió el tiroteo y ordenó que el hecho fuera investigado por la 7ª, que tiene jurisdicción allí, ya que no había intervenido en el procedimiento.
“Ordené el secuestro de cuatro armas de puño y tres armas semiautomáticas, todas calibre 9 milímetros, más el revólver del dueño de casa”, detalló el comisario Leyes. Y que les hicieran una prueba de rodizonato de sodio a todos los policías involucrados, para saber quién disparó contra Albornoz y su esposa.