“Como docente he venido en otras oportunidades, acompañando a otros chicos. Y cada año vivo cosas diferentes. A los alumnos les encanta desfilar. Hace un rato, uno me decía que no había podido dormir de la emoción, sobre lo que iba a pasar", confesó con una franca sonrisa, Augusto Juárez, el maestro de 6º de la Escuela Nº 388 "Sargento Eduardo Romero". Sus estudiantes, al menos, ayer no estuvieron solos. Compartieron el mismo nerviosismo y orgullo que otros 4.500 villamercedinos que recorrieron con banderines en mano y lazos albicelestes que cruzaban su pecho, siete cuadras completas de la Mitre. Lo hicieron en festejo por los 198 años de la Independencia Argentina.
Participaron la Asociación Veteranos de Guerra "Malvinas Argentinas", Veteranos de Guerra "2 de Abril", Asociación Todos Juntos por Malvinas.
El cumpleaños patrio empezó bien temprano. A las 8, la Insignia comenzó a flamear desde la cúspide del mástil de la plaza San Martín. La celebración continuó, a las 9:30, con el mensaje del obispo Pedro Martínez en la parroquia Nuestra de la Merced.
Sin más demoras, veinte minutos después de lo acordado, a las 11:20, el vicegobernador Jorge Díaz dio el visto bueno para el inicio de la tradicional celebración.
A eso le siguió el zarandeo de las polleras de las bailarinas del Instituto Folclórico Argentino Latinoamericano, la entonación del Himno Nacional Argentino, a cargo de la Banda de Música y Guerra de la V Brigada Aérea en compañía del lenguaje de señas de EDAM (Escuela de Discapacitados Auditivos Mercedes) y el paso de la imagen de la Virgen de la Merced.
Después, como siempre, llegó el turno de las escuelas. Esta vez fueron 64 los establecimientos que participaron.
Sara fue toda su vida a la "Alas Argentinas". Nunca se imaginó que cuando fuera a desfilar por primera vez lo haría, además, como la portadora de la Bandera Nacional. "Estoy un poco nerviosa, pero contenta. Como somos pocos en el curso (13) hoy vinimos todos. Eso está bueno, porque es el último año y estamos todos juntos", rescató la adolescente que hasta se rizó las pestañas y remarcó sus ojos con delineador negro.
"¿Una nota? Ni siquiera me he peinado", bromea Carlos Torres, como si eso fuera posible. Es que el simpático director de la Escuela N° 176 "Maestra Pérez de Ferrer" tiene el cabello cortado casi al ras. "Vinimos con sexto grado y sexto año de la secundaria. Es la primera vez que desfilamos con las banderas de ambos niveles. El año pasado conseguimos la Bandera Nacional y hace unos meses nos donaron la de la Provincia", comenta todavía contento. "Los chicos están chochos, porque representan a la escuela", agregó él en nombre de sus estudiantes.
Otras que cruzaban sus piernas para contener las ansias, eran Agustina, Valentina y Constanza de 6º del Instituto del Carmen. "Yo ya había desfilado antes con una academia de danza -confiesa Constanza- pero esto es diferente. Es con mis compañeros, con los que hemos compartido tantas cosas", reveló la joven, mientras exhibía orgullosa la bufanda color crudo, de textura similar al cachemira, que tiene cocido en cursiva: "Egresados 2014".
A las escuelas le siguieron las instituciones deportivas. Una de ellas fue "La Peña Mercedina". "El nombre es engañoso", confesó José Olguín. "Al club vamos desde abuelos hasta nenes de cuatro años. Hace veinte años que participamos del 9 de Julio y nunca deja de ser un orgullo para nosotros. Sobre todo, porque cada vez somos más", expresó quien, con 78 años, todavía no se cansa de rodar.
Las academias de danza también tuvieron su lugar. Y una de las agrupaciones que lo vivió desde la emoción del novato fue "RN Star". "Hace seis años que existimos, pero es la primera vez que participamos acá", cuenta Samanta González, una de las profesoras. "Desfiló una nena de cinco años y otras de hasta doce. Fue maravilloso", se sinceró.
Nunca es tarde para estudiar y eso lo saben Laura, de 20 años, y Lucía Respighi, de 28. Las hermanas, que llegaron hace una década de la provincia de Buenos Aires, no pensaron que volverían a cruzarse con la oportunidad de participar de una fiesta patria como la de ayer y, mucho menos, en calidad de abanderada nacional y segunda escolta del Plan 20-30. "Mi hermana ya había desfilado, pero yo nunca. Me comían los nervios. Pero, por suerte, salió bien", dijo la joven, ya en Mitre y Sarmiento, la esquina en la que todas las agrupaciones se desconcentraban.
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