Tras casi tres décadas sin poder subirse al altar del fútbol, el seleccionado argentino de fútbol, con Lionel Messi como as de espadas, buscará hoy ante la poderosa Alemania su tercer título Mundial, nada menos que en el mítico estadio "Maracaná", con su Brasil ausente.
Argentina pasó los seis partidos con lo justo, pero nunca se vio superado por ningún rival.
Argentina 1978 tuvo a Mario Kempes como líder, en México 1986 al mejor Diego Maradona, y ahora, Brasil 2014 encuentra a Messi con la mejor sintonía desde que juega en el seleccionado.
Con 78 mil personas dentro del estadio, y seguramente con decenas de miles de argentinos viviendo el partido en pantallas gigantes en puntos neurálgicos de la ciudad, el encuentro más importante del fútbol mundial en cuatro años se iniciará a las 16 y será dirigido por el italiano Nicola Rizzoli, quien conducirá el tercer partido de Argentina en este Mundial.
"Sólo quiero ganar un Mundial con la Selección", fue el deseo que una y otra vez explicitó Messi ante cualquier micrófono. Es lo único que le falta ganar, tras haber sumado todo con el Barcelona y hasta un Juego Olímpico con el seleccionado.
Messi tendrá 31 años en el siguiente Mundial (Rusia 2018) y sabe que la de hoy es la chance de jugar su Mundial y tomar el legado de Diego Maradona, el conductor excelso que tuvo Argentina en su última consagración en México '86.
El rosarino fue artífice casi exclusivo de que Argentina ganara los tres primeros partidos con goles sobre la hora como ante Irán o metiendo dos golazos a Nigeria, o bien dando la asistencia perfecta a Ángel Di María para liquidar a Suiza en octavos.
Luego, Alejandro Sabella se encargó de darle su impronta, bajando el caudal ofensivo y achicando espacios con rédito exitoso ante Holanda.
Por eso, irá al ruedo con un sistema cerrado del medio para atrás, un 4-4-2 que volverá a tener a Javier Mascherano y Lucas Biglia como hombres clave para la contención.
Argentina pasó los seis partidos con lo justo, aunque nunca se vio superado por ningún rival. Messi hizo cuatro goles en los primeros tres partidos y no volvió a anotar.
Alemania tuvo altibajos, pero conmocionó tanto en el debut 4-0 sobre Portugal de Cristiano Ronaldo y en la semifinal logró marcar tal vez el hito mayor en el fútbol de los Mundiales, haber goleado 7-1 a Brasil, sacando al dueño de casa que había programado saldar la deuda del Maracanazo.
El equipo europeo, en cambio, la pasó difícil con Ghana, al que no le pudo ganar, y venció con lo justo a Estados Unidos, Argelia y Francia.
Sin embargo, hizo 17 goles, y ocho jugadores marcaron, con Thomas Müller, una de las figuras de este Mundial, con cinco conquistas.
Joachim Löw, el técnico alemán, es fiel al sistema 4-2-3-1, que mantuvo desde el 2010.
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