San Luis: hostigó tanto a una vecina que un juez lo envió a prisión

Tiene 19 años y hace siete días está en la cárcel. Desde hacía un tiempo, Jorge Mario Escalante tenía problemas con una vecina que vive a una cuadra de su casa, pero esos inconvenientes pasaron de simples intercambios de palabras a agresiones físicas, luego a denuncias policiales mutuas y finalmente a una orden de restricción por la que el ahora detenido no podía acercarse a la víctima, de 17 años. Un día antes de Nochebuena, los jóvenes se encontraron en una parada de colectivo, él la insultó y el policía de civil que custodiaba a la menor lo detuvo en una esquina del barrio Cerro de la Cruz. Escalante fue acusado de “incumplimiento de una orden judicial” y pasó las fiestas de fin de año preso.

"Éste es el primer caso en San Luis que se fundamenta en un hecho de violencia contra la mujer"

Según relató el juez Correccional y Convencional Marcelo Bustamante Marone, que le dictó la prisión preventiva al joven, “esto fue un conflicto de naturaleza vecinal entre la familia Escalante y la familia Borneo”. “La causa que dio origen a todo fueron las lesiones que la adolescente recibió en una pelea con el chico”, contó el magistrado en su despacho.
Los jóvenes, que viven en el barrio 122 Viviendas de la capital, se cruzaron un día en una esquina. Ella iba en auto y según aseguró, él le escupió el vehículo sin razón. Hubo un intercambio de palabras y luego de golpes, porque la adolescente se bajó del auto y pelearon. Ese hecho terminó con denuncias policiales recíprocas y la Justicia decidió librar una orden de restricción para que el chico no se acercara más a la menor. “La orden era para Escalante, para su hermana y para la madre de ambos”, aclaró Marone. 
Lejos de acatar esa medida, los problemas continuaron. “La restricción no fue notificada debidamente y en pocos días hubo varias denuncias de incumplimiento”, contó el juez. Pero además, la joven expuso que fue agredida en distintos lugares, como bares y pubs céntricos y también en un boliche de Juana Koslay. En total, “hubo tres denuncias por lesiones, tres por amenazas y un incumplimiento previo”.
El problema comenzó a tornarse complejo porque el atacante nunca fue sorprendido durante las agresiones y “no se podía lograr su aprehensión”. Por eso “hubo que adoptar una medida más fuerte, porque si no a la chica la teníamos lesionada fin de semana por medio. Entonces dispusimos que fuera custodiada por personal de la División Delitos para corroborar situaciones de incumplimiento y para garantizar su seguridad”, detalló Marone.
Fue así que la adolescente comenzó a ser acompañada a todos lados por un policía vestido de civil desde principios de diciembre. “El efectivo tenía la orden de caminar atrás de la joven, a unos cinco o seis metros de distancia, y seguirla a donde fuere”. Pasaron dos semanas sin novedades, pero el 23 de diciembre a la tarde la tranquilidad se rompió.
La chica, que caminaba junto al oficial Marcelo Solar por calle El Morro, se topó con Escalante y su madre, una mujer de apellido Pereyra, en la esquina con la avenida Carlos Gardel, cerca de las 17:30. Sin que ellos se percataran que la joven iba acompañada, comenzaron a insultarla, hecho que motivó la intervención del policía y que derivó en la detención de madre e hijo.
“Él había violado la orden de restricción, que incluía abstenerse de proferir cualquier tipo de amenazas u agresión verbal o física, pero la mujer intentó impedir por todos los medios que la policía se lo llevara y también terminó presa”, informó el juez.
El acusado marchó a una celda de comisaría, y pese a los intentos de su defensa por desacreditar lo sucedido el día 23, los testimonios, sobre todo del custodio de la joven, fueron suficientes para que Bustamante Marone decidiera enviarlo a la cárcel por la reiteración de las agresiones, “porque había una sumatoria de causas”, por incumplir una orden judicial y a su vez despreciar “una normativa legal vigente”.