En todo el planeta quedan cinco rinocerontes blancos, de los cuáles sólo uno es macho. Dos hembras en zoológicos y las otras dos lo acompañan en la sabana de Kenia. Lo particular es que para evitar que maten al último especimen, la milicia keniata lo vigila día y noche.
La muerte de esta "raza" tiene que ver con el tráfico ilegal de estos animales y su caza furtiva, además de que su hábitat está en un punto caliente del globo, en donde los conflictos armados son constantes. Todo atenta contra su supervivencia. Y para evitar su muerte un grupo armado lo cuida durante las 24 horas.
"Sudán" (así se llama) es el último ejemplar macho del mundo de rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni), tiene algo más de 40 años y desde 2009 vive relativamente tranquilo en el parque y reserva natural Ol Pejeta Conservancy en Laikipia, en Kenia.
Pero para los científicos, la vigilancia no será suficiente, y los rinocerontes blancos del norte están condenados a desaparecer.
Los defensores del medio ambiente esperan que un día se los pueda resucitar de forma artificial, que se puedan concebir por fecundación in vitro "bebés rinoceronte probeta", que se implantarán en madres portadoras de otra subespecie.
Las imágenes de "Sudán" acompañado por guardas fuertemente armados han sido difundidas durante las últimas semanas y explotaron en las redes sociales, coincidiendo con la puesta en marcha de una campaña internacional de recolección de fondos para ayudar a mantener el servicio de vigilancia y la protección de rinocerontes como este macho único.
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