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Asalto en La Botija: hay un par de hipótesis, pero pocas pistas

Por redacción
| 26 de octubre de 2016
José y Carlota. Están alojados en la casa de su hija, que pide que les den contención psicológica. Foto: Martín Gómez.

Carlota Agüero todavía se despierta a la madrugada, sobresaltada. Aunque ya pasaron doce noches, una imagen siempre vuelve y la saca del sueño: le parece ver a los delincuentes vestidos como agentes penitenciarios que la asaltaron, golpearon y ataron junto a su esposo de 88 años y a su hijo, en su casa de un campo de La Botija. “Se despierta porque todavía los ve”, cuenta su hija, María Farías, que trajo a sus padres a su casa de San Luis.

 


La hija y hermana de las víctimas –al asalto también lo sufrió Juan Agüero, de 49 años, hijo de los ancianos– espera dos cosas. Una es que la Policía le diga que encontró a los delincuentes y la otra es que el Centro de Asistencia a la Víctima del Delito asista a Carlota y a su marido, José Osvaldo Farías. Hasta ahora, no ha recibido ninguna de las dos respuestas. Al parecer, no hay muchas pistas sobre los delincuentes.

 


“Nadie ha venido a verlos. Habíamos pedido (a través de los medios de comunicación), pero no han venido ni han llamado. Mis padres no quieren salir todavía. No sé cómo los he convencido de llevarlos al médico”, contó la hija, cuando El Diario le preguntó si ya recibieron contención psicológica.

 


La funcionaria a cargo de la Secretaría de la Mujer “#Ni Una Menos”, Adriana Bazzano, de quien depende el Centro de Asistencia a la Víctima, dijo que los interesados tienen que acercarse a la oficina, en el primer piso del edificio “Proyección al Futuro”, de Terrazas del Portezuelo. “El Centro de Asistencia a la Víctima del Delito está a cargo de la doctora Mónica Dasetto”, informó.

 


El lunes, María llevó a su padre para que lo revisara una médica, que lo encontró repuesto físicamente y sin lesiones visibles por los golpes que les dieron los cuatro delincuentes que asaltaron su casa, a 3 kilómetros de la cárcel de penados de “Pampa de las Salinas”, el sábado 15 de octubre. Carlota, de 78 años, tiene turno hoy.

 


Mientras tanto, la Policía realiza desde San Francisco, a sesenta kilómetros del campo donde ocurrió el atraco, la investigación del hecho, con la expectativa de confirmar un par de hipótesis.

 


“Han realizado los identikits de los asaltantes y han tomado distintas testimoniales. Están tratando de chequear los datos que dio la víctima sobre el vehículo en el que llegaron y sobre otros detalles”, informó el jefe de la Unidad Regional V, comisario inspector Gustavo Ríos.

 


Los delincuentes llegaron a las seis de la tarde con la excusa de pedir agua para el motor de su auto, que según Juan Agüero sería un Fiat Regatta o un modelo similar, con manchas de antióxido. Pero cuando él sacaba agua de una pileta, lo sorprendieron con un culatazo en la nuca.

 


Lo llevaron adentro de la vivienda y también golpearon y maniataron a sus padres. Revisaron todas las dependencias hasta hallar distintas sumas de dinero, que totalizaron unos 70 mil pesos. Gran parte de ese monto –unos 45 mil pesos– era el producto de una venta de novillos que Juan había hecho días antes.

 


La Policía sospecha que los ladrones actuaron sobre seguro, que alguien les había pasado la información de esa transacción y de la existencia del dinero en la casa.

 


Ríos dijo ayer que tienen mucho por investigar y que esperan obtener buenos resultados.

 


“Ojalá que no quede impune este daño tan grande que le han hecho a mis padres”, dijo María Farías.

 



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