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Muerte en la Maternidad “Teresita Baigorria”: "Si fue mala praxis, no me para nadie"

Por redacción
| 02 de noviembre de 2016
El hermano y la madre. Rodrigo y Lucía, ayer (martes), en conferencia: "Es raro todo lo que pasó", dijeron. Foto: Martín Gómez.

La madre de Vanesa Soledad Schvedt Casares, la joven que murió en la maternidad provincial “Doctora Teresita Baigorria” después de dar a luz a segundo hijo, el sábado pasado, dijo ayer (martes) que no puede asegurar que los médicos hayan actuado con negligencia o impericia, aunque eso es lo que siente. “Si esto fue una mala praxis, a mí no me para nadie, voy a ir hasta las últimas consecuencias", afirmó Lucía Casares.

 


En una conferencia de prensa que dio ayer junto a su hijo, Rodrigo Casares, en un bar de la avenida Illia, la madre de Vanesa dijo que prefería no hablar de mala praxis. “No quiero usar esa palabra, eso lo va a determinar la Justicia. Lo que siento, como madre, es que a mi hija me la arrebataron. Porque no hicieron todo lo que tenían que hacer”, afirmó. “Creo que se les fue de las manos y que no supieron hacer las cosas. Tal vez las pericias demuestren otra cosa”, agregó.

 


La investigación iniciada por la denuncia que el esposo de Vanesa, Néstor Damián Salto, hizo en la Comisaría 7ª está en manos de la jueza de instrucción Penal Nº 3, Virginia Palacios. La primera medida que la magistrado ordenó con carácter urgente, ese mismo día, fue el secuestro de la historia clínica de la paciente.

 


También dispuso que los forenses Ricardo Torres y Luis Lucero Arienti le hicieran una autopsia a Vanesa Schevedt Casares. La pericia fue realizada el domingo, para que la familia de la chica tuviera tiempo de buscar un médico que actuara como perito de parte. La familia contrató al ginecólogo Héctor Mayor.

 


La conclusión de los peritos fue que la joven de 29 años había muerto por una hemorragia, debida a una lesión en el útero, producida durante el parto.

 


Vanesa se internó alrededor de las 8:20 del sábado y a las 8:33 dio a luz a una nena, a la que llamaron Angelina. La bebé está en perfectas condiciones y el lunes le dieron de alta, informó su tío Rodrigo.

 


“Me molestó lo que dijo el forense Torres de que la bebé actuó a modo de tapón. Y de que salió la bebé y salió la hemorragia. La historia clínica no habla de hemorragia abundante”, dijo Lucía.

 


A la madre de la víctima le resulta muy raro que la joven haya sufrido esa complicación que devino en su muerte, porque había tenido un embarazo absolutamente normal, sin complicaciones. Y no tenía problemas de salud.

 


Lucía afirmó que Vanesa “se hacía atender en el Hospital del Norte, tenía todos los controles y todos los análisis, estaba todo perfecto. La doctora que la atendía allí ya tiene todo listo para que esa historia clínica vaya a parar a la Justicia y vean que tenía una salud de hierro”.

 


La jueza Palacios ordenó que, además de la historia clínica de la última semana de vida de Vanesa, cuando empezó a hacerse los controles en la Maternidad, le remitan las constancias de la atención que recibió en forma previa en el hospital de la avenida Fuerza Aérea.

 


Lucía se conmovió cuando evocó sus últimos contactos con su hija. “Tengo audios de ella de la una de la mañana (del sábado), en los que me contaba que habían estado en el shopping tomando un helado, después vinieron a una placita, estaba todo bien”, recordó.

 



Los últimos mensajes

 


En ese contacto, Vanea le reiteró que si el trabajo de parto no se presentaba antes, el domingo se iba a internar, para tener a Angelina, como habían planificado con los profesionales que la atendían en la Maternidad. Y le preguntó si ella iba a quedarse a cuidarla. Su esposo no podía porque no permiten la permanencia de hombres. “Voy a guardar esos audios como un tesoro, para el resto de mi vida”, expresó Lucía, con la voz quebrada.

 


Justamente porque nada hacía presagiar el desenlace fatal, a los familiares de la chica les parece sospechoso que de pronto una hemorragia se cobrara su vida. Y se preguntan qué hizo el equipo médico tras el parto.

 


“Todo empezó muy raro. Vanesa tuvo familia a las 8.33. Y nos avisan a las 12:10 que había fallecido. Mi mamá me llamó llorando, desesperada, a las 11:22. Ahí no hay señal, tenés que salir afuera con el teléfono. Ponele que a las 11 le avisaron que mi hermana había entrado en paro. De las 8:33 a 11 ¿qué pasó?, ¿qué hicieron?”, se preguntó Rodrigo.

 


Luego abundó. “En la historia clínica está detallado hora por hora, de puño y letra, lo que ha pasado. Angelina nació a las 8:33 y lo primero que hacen (por el problema de Vanesa) fue a las 9:40. En una hora siete minutos ¿qué pasó? a mi cuñado le dieron la beba, lo felicitaron y se quedó parado en la puerta de la sala de partos, más de una hora con la beba. Me parece que no es normal”.

 


“Lo llamaron a mi yerno, cuando estaba en la puerta de quirófano. Yo recién anoche me enteré que era la segunda vez que lo llamaban. Salió muy conmocionado y dijo que Vanesa había hecho paro cardíaco, que tenían que operarla para sacarle la placenta”, relató Lucía.

 


“Habrán pasado veinte, treinta minutos, y salen de vuelta -agregó-. Nos llevaron frente a la puerta de quirófano. Una doctora dijo que Vanesa había hecho un paro cardíaco y estaba con una gran hemorragia, que por eso no habían podido comenzar la operación. Y que estaba en estado crítico. Yo consulté qué significaba y me dijo que corría riesgo de muerte”.

 


“Creo mucho en Dios, lo primero que dije es ‘voy a ir a rezar, para pedirle a Dios, Señor, toma la mano de los cirujanos que la van a operar para que todo salga bien’. Estuve rezando, volví y nos llamaron de vuelta. Para esto eran doce y pico”, recordó. Entonces le dieron la peor noticia.

 


El hermano y la madre de la joven muerta se quejaron de que en la Maternidad “tardaron siete horas en entregar la historia clínica. Son tres hojas escritas a mano y lo demás son todo fotocopias. La doctora Palacios llamó dos veces y fueron dos policías, que estuvieron hasta las 4 de la tarde, y se tuvieron que ir sin la historia clínica”, contó Rodrigo.

 


“Lo que más impotencia me da es que cuando estábamos esperando en la sala  que viniera mi yerno con la bebé, para irnos a casa, lo escucho al ministro (de Salud, Marcelo) Riera que dijo que Vanesa había fallecido a las 12 horas. El sábado suplicamos, nos cansamos de pedir que nos dijeran a qué hora había muerto, qué había pasado. Nadie nos dijo nada”, manifestó Lucía.

 



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