El magnate Donald Trump ganó la Presidencia de los Estados Unidos en unas elecciones muy reñidas contra la demócrata Hillary Clinton, y su victoria abrió un tiempo de cambios no sólo para el país, sino para el mundo entero. En una de las primeras reacciones globales, los mercados mundiales se desplomaban anoche.
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, este multimillonario de 70 años, sin ninguna experiencia política y acusado de xenófobo y sexista, ganó el derecho de ser el sucesor del demócrata Barack Obama. En la madrugada, pasadas las 5 de la mañana, lograba 288 electores, 9 más que los necesarios. Clinton lograba 218, y faltaban contar, Michigan (16), New Hampshire (4) y Minnesota (16). En el primero mandaba Trump, y en los dos últimos Clinton.
Trump ganó los estados clave de Florida, Carolina del Norte, Iowa, Ohio y Pensilvania, donde un republicano no se imponía desde 1988, cuando lo hizo George H. W. Bush.
"Hillary me felicitó por la victoria", dijo el vencedor al hablar ante sus seguidores, a las 3:50 hora de Nueva York (una hora más tarde en la Argentina). "Ella peleó muy duro. Hillary ha trabajado durante mucho tiempo y con mucho esfuerzo por un largo período, y tenemos con ella una gran deuda de aprecio por nuestro país", añadió Trump, lejos de las descalificaciones que le dedicó a su rival en la campaña.
"A todos los republicanos, demócratas e independientes en esta nación, les digo que es momento de que nos reconciliemos como un pueblo unido", agregó, en un discurso que duró 14 minutos, en el que agradeció a todos sus familiares y a sus colaboradores más cercanos.
¿Por qué ganó?
Clinton es una figura política hace 25 años; la mitad de los estadounidenses detesta y duda de su honestidad. Esposa del ex presidente Bill Clinton (1993-2001), fue primera dama, senadora y luego secretaria de Estado del presidente Barack Obama.
Menos querido aún, Trump supo interpretar como nadie los temores de una clase media blanca frustrada, en un mundo en mutación. Antiinmigrantes, impulsivo y corrosivo, denunciado por varias mujeres que dijeron haber sido toqueteadas por él, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política. Incluso la dirigencia del Partido Republicano le dio prácticamente la espalda.
Los mercados financieros, que tienen una clara preferencia por la política experimentada demócrata, cayeron en picada en las operaciones de Asia, con el peso mexicano alcanzando su nivel histórico más bajo.
Ganó Trump. Las encuestas, aunque había repuntado al final, lo daban abajo. El mundo despierta a un nuevo panorama que lo tiene inquieto y expectante.
De Queens a la Casa Blanca
Nacido en una familia de clase media el 14 de junio de 1946, en el barrio de Queens, en Nueva York, Trump se licenció en 1968 en Economía Financiera en la Universidad de Pensilvania, para iniciar de inmediato su vida laboral como obrero en la empresa de su padre, que finalmente heredó (a los 28 años), y a la que le imprimió un giro con el que terminó dominando el negocio inmobiliario.
En 1971 se instaló en Manhattan. Encabezó grandes proyectos inmobiliarios que incluyeron la adquisición del Penn Central (el gigante de los ferrocarriles), cuya quiebra le permitió hacerse del espacio para construir su Centro de Convenciones y la construcción en la Quinta Avenida de la famosa Torre Trump, la insignia de su marca.
Tuvo tres matrimonios: en 1977 con Ivana Zelnickova, en 1993 con María Maples y en 2005 con la eslovena Melania Knauss, cinco hijos y siete nietos.
Debió sobreponerse a varias quiebras, la primera en 1992, justo después de su divorcio de Ivana, y una más en 2004.
Se declaró protestante, como reveló en una entrevista en abril de 2011, en el programa 700 Club, donde el controvertido magnate dijo, además, tener "una buena relación con la Iglesia Cristiana".
Si bien en declaraciones a la prensa aludió a su posible candidatura en 2000, 2004 y 2012, ninguna se concretó hasta el 16 de junio de 2015, cuando oficializó su precandidatura presidencial en su ciudad natal, Nueva York.
Es autor de varios libros, entre los que destacan "Así llegué a la cima" (2005) y "Queremos que seas rico" (2009), todos muy populares entre aspirantes a millonarios.
Sin embargo, seguramente el que mejor explica los insólitos recovecos de su campaña es "El arte del acuerdo" (1987), un "best seller" que en uno de sus capítulos detalla consejos para "privilegiar la controversia" y sugiere usar términos punzantes y frases poco concretas, además de apelar siempre a las fantasías de las personas.
Agencias
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