Martín “El Jetón” Arancibia evadió a la Justicia el tiempo suficiente como para ilusionarse con que iba a zafar de un juicio por robo. Tanto así que no sólo no se fue de San Luis, sino que siguió trabajando de lo mismo y viviendo en el mismo barrio de siempre. Pero en la Cámara del Crimen 1 no lo olvidaron, y el 25 de noviembre reiteraron el pedido de captura para que comparezca ante los jueces. Efectivos del Área Inteligencia Criminal de la Policía tardaron cinco días en hallar datos firmes de su paradero y lo detuvieron antenoche. Estuvo prófugo cinco años.
La causa por la que solicitaban a Arancibia comenzó la madrugada del 12 de junio de 2009, cuando Alfredo Rivero se llevó la triste sorpresa de que alguien se había llevado su Fiat Spazio de la playa de estacionamiento del boliche “La Mega”, en Juana Koslay, mientras el bailaba dentro.
La División Delitos no tardó mucho en averiguar dónde estaba el vehículo y solicitó cuatro órdenes de allanamiento; una para la casa de la madre de “El Jetón”, donde estaba guardado el chasis, otra para la casa del imputado, donde había partes del motor y herramientas, y las restantes, para dos talleres mecánicos en los que Arancibia, que es mecánico y soldador, solía trabajar.
En marzo de 2010, la jueza Mirta Esley, que lo había procesado por robo calificado, cerró el sumario y le pasó vista al fiscal Ernesto Lutens para elevar la causa a juicio. Lutens consideró que estaba probado que Arancibia o bien participó activamente del robo, o lo había encargado, y pidió lo condenen a cinco años de cárcel por el delito de “robo de automotor en la vía pública”.
La causa fue elevada a juicio oral a fines de ese mismo año, y pese a que la Policía lo notificó dos veces para que se presentara con su abogado en la Cámara 1, “El Jetón” optó por desaparecer, a medias, porque siguió frecuentando los lugares de siempre.
El 15 de noviembre de 2011 el presidente del tribunal lo declaró en rebeldía y ordenó su captura, un pedido que debió reiterar año a año, hasta que el personal del Departamento Informaciones se puso firme en la tarea de hallarlo.
“Hicimos un relevamiento en varios talleres mecánicos porque seguía haciendo esos trabajos. Supimos que estaba en el mismo barrio de siempre (el Eva Perón de San Luis), sólo que se había mudado con una nueva pareja a otra manzana”, comentó una fuente policial. El miércoles a la noche lo esperaron y lo interceptaron en la calle Zoilo Concha, frente a la escuela "Faustino Mendoza", cuando regresaba a ese domicilio.
Hasta anoche continuaba detenido en una celda de la Comisaría 39ª.
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