Para cualquier comisión directiva llevar adelante un club es un trabajo muy arduo. Hay que lidiar con las arcas flacas, los socios y los costos de cada competencia sin olvidar el mantenimiento de los entrenadores, empleados y gastos que demandan las divisiones menores, sean del deporte que sean. Pero en San Luis desde hace tiempo, el Estado provincial, mediante diferentes programas y planes, apoyó económicamente a distintas entidades. El compromiso, a cambio de los dineros estatales, era que cada club cumpliera, paso a paso, con las obras pactadas (previamente, a la hora de solicitar los fondos, cada entidad explica qué sueños busca concretar) y no sólo demostrara su concreción con la documentación antes establecida y que exige el Gobierno, sino que también las construcciones o bienes sean tangibles, se pudieran ver y tocar. Sin embargo para el Club Atlético Serranías Puntanas, que funciona en la zona sur de la ciudad capital, algo funciona al revés. O definitivamente desvió los objetivos. Esa entidad, en la que sólo se practica fútbol y desde hace poco hockey, recibió 966.855,52 pesos en subsidios para desarrollar distintas obras pero nunca las hizo o al menos no están a la vista.
El dinero fue otorgado el 16 de julio del año pasado, cuando Claudio Poggi era el gobernador de San Luis y Eduardo D’Onofrio el ministro de Gobierno, Justicia y Culto; la cartera que manejaba el programa Pueblos Puntanos, destinado apoyar económicamente a clubes, asociaciones sin fines de lucro y organizaciones no gubernamentales que quisieran construir o ampliar sus instalaciones o adquirir bienes tangibles. El Club Serranías Puntanas aprovechó la ocasión y su Comisión Directiva hizo todos los trámites de rigor para obtener los fondos que prometían desde el Estado provincial. Los consiguieron, pero la obra no existe.
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