Balotaje cantado, “Segunda vuelta se presentó en el complejo Puente Blanco

En medio de la polémica sobre la conveniencia y el alcance del humor político, Nito Artaza permanece cómodamente parado en la línea que divide el término. Es humorista de profesión, pero pasó muchos años en el Senado de la Nación hasta que el 10 de diciembre concluyó su gestión.  Y es, en la mezcla de ambas actividades, uno de los más persistentes representantes del género artístico.

Eso, siempre y cuando se conceda que el humor político se reduce a la imitación de algunos funcionarios, a la mención de ciertos hechos de actualidad y a la caricaturización de la casta dirigente, sin llegar a la agresión ni a la crítica desmedida. De hecho, Artaza por su actividad política se cruzó cientos de veces con las personas a las que imitó y hasta es amigo -cuanto menos colega- de algunos.

Hace unos 20 años que el humorista correntino imita a Carlos Menem. En “Segunda vuelta”, el espectáculo que presentó el viernes en la sala Hugo del Carril, también lo hizo, con pocos cambios con respecto a la sátira que se conoció cuando el riojano conducía los hilos del país.

El título del espectáculo –que mezcla chistes y canciones en dosis similares- refiere al histórico balotaje que definió a Mauricio Macri como presidente, pero también al reencuentro de la dupla de Artaza y Miguel Ángel Cherutti, que definió la forma de hacer humor en teatro en el país, justamente durante la década menemista. Finalmente, el nombre de la obra también es un juego a la nueva chance amorosa que se dieron en la vida real Nito y Cecilia Milone.

Una de las tantas cosas graciosas que sucedieron en las más de dos horas de espectáculo vino desde el público, a poco de comenzar. Una de las cuatro integrantes de un grupo de señoras que llegó tarde a la función recibió las bromas de la dupla y, casi como una respuesta a los chistes, comenzó a trastabillar en la fila 10 y estuvo muy cerca de caerse por varios escalones hasta que llegó a la boca misma del escenario, donde fue rescatada por Artaza, quien alertado del peligro y la caída se bajó rápidamente del tablado. 

Se vio allí, tal vez, el único momento de humor improvisado y repentino de la noche.

El resto de la gracia llegó, ahora sí, en la actuación de Nito, quien mantiene el oficio para contar chistes sobre temas siempre efectivos: el matrimonio ("hay algunos que terminan bien y otros que duran para toda la vida"), las suegras, el sexo, la política y los súper picantes. En sus diversas apariciones en escena, el ex legislador puso de manifiesto las leyes del humor según sus propias resoluciones.

Para reír con Artaza, el público tiene que conceder que, entre la batería de cuentos, chascarillos y chistes se colarán inevitablemente varios ya escuchados en algún asado familiar, en el tele o en la boca del propio humorista. También estuvieron los otros, los que generaron sonrisas espontáneas.

Cherutti, por su parte, aportó sus imitaciones (como su compañero, tiene algunas como la de Sergio Denis, Sandro y Julio Iglesias que superan holgadamente las dos décadas de permanencia) y su voz potente  en las interpretaciones de clásicos del tango. Caracterizado, sólo se animó llevar a Enrique Iglesias para "Bailando", el mega hit del año pasado.

El resto de las canciones las aportó Milone, también con un set tanguero al que sumó “Soñar hasta enloquecer” –el tema que hizo en su debut actoral en “Drácula, el musical”- y una bella canción que le compuso a Artaza hace 20 años, cuando comenzaron la relación de manera clandestina.

Los momentos en que el trío completo estuvo sobre el escenario fueron más bien escasos, aunque divertidos. En uno estuvieron Daniel Scioli –la crueldad de poner “Agarranse de las manos” cuando hizo su ingreso fue toda una sutileza-, Mauricio Macri y Juliana Awada en plena disputa por la suite presidencial de un hotel.

Allí repasaron algunos hechos de la actualidad como los bolsos de dinero, la inseguridad y la salud del actual presidente. “Tuve arritmia para demostrar que tengo corazón”, dijo Artaza con una nariz de prótesis y una banda presidencial cruzada en el pecho. Claro que no dejaron escapar la oportunidad para traer algunos amigos del kirchnerismo: “Lázaro, levántate y lava”, dijo Cherutti con una media máscara con los ojos desviados y el inconfundible acento del ex presidente fallecido.

Otro momento a elenco completo fue cuando Néstor Kirchner –recibido con muy pocos aplausos- y Menem se encontraron en el purgatorio, con una dama que ofició de organizadora y receptora del sitio.