El Caribe armónico

Aunque el guitarrista Gonzalo Grasetti extraña mucho San Luis, afirma desde Cancún, su lugar de trabajo y residencia desde 2002, que "no es fácil tener que partir de tu tierra para cumplir tus sueños, porque ningún logro sabe igual cuando no lo pueden ver en vivo tus amigos". Aunque el músico nació en Buenos Aires, creció en Villa Mercedes y asegura que se siente un “puntano puro”.

Gonzalo comenzó a tocar la guitarra a los ocho años, entre tangos y zambas que su padre (Nazareno Antonio Grasetti) le enseñaba. Llegado a la adolescencia, fue atrapado por el sonido del blues, con canciones de rock nacional e internacional, “encontré en la guitarra eléctrica la pasión que me acompañaría el resto de mi vida”, aseguró.

Con sus primeras bandas tocó en festivales y bares de Villa Mercedes y también como soporte de artistas resonantes de esa época, como “JAF” o “Vilma Palma e Vampiros”.

Pasado el tiempo, se fue interiorizando en otros géneros como el jazz y el funk, fusión que lo llevó a buscar espacios para poder desempeñarse y crecer en esas áreas.

En 2002 recibió la invitación para ir a buscar nuevas oportunidades musicales a Cancún, México, “es una zona ideal para este fin por el amplio mercado laboral que aquí hay”, dijo Grasetti.

Gonzalo ya tenía su familia armada en Villa Mercedes, y con su esposa Romina Quiroga y sus dos hijos, pequeños en ese momento, decidieron embarcarse en esa aventura.

“A penas pisé suelo mexicano comencé a tocar en festivales de jazz internacionales que se desarrollaban en la ciudad y empecé a tener vínculos con los músicos de la zona”, contó y agregó que a través de esos shows conoció a artistas de trayectoria internacional y más adelante a trabajar junto a ellos.

Durante los primeros meses de su estadía en Cancún, le solicitaban espectáculos de tango, y él junto a su esposa -que es cantante- se convirtieron en una especie de embajadores culturales de Argentina a través del dos por cuatro. Gracias a esas presentaciones el músico fue nombrado “ciudadano ilustre”, por su aporte cultural. Luego formó su propia agrupación musical, “Gonzalo Grasetti Quartet”, con temas propios y covers, con la que grabó “Un nuevo día”, su primer disco solista, mientras que está en plena producción del segundo, “Sigo en camino”, donde lo acompañan algunos músicos de esa zona.

“Con el tiempo fui invitado a acompañar a artistas con reconocimiento internacional como "The Platters", "The Marvellettes", Barry Ivan White, la Orquesta de Cancún, Karenka, Erika Ender, Denisse de Kalafe, entre otros.

La familia de Gonzalo se agrandó en las cálidas tierras centroamericanas, además de Alejandro y Tomás, que nacieron en Villa Mercedes, la pareja tuvo a Valentino, que ya cumplió un año.

Pero las presentaciones nunca pararon. Compartió escenarios y se hizo muy amigo de Hiram Gómez, quien fuera bajista de Luis Miguel, Ricky Martin, Lupita D'Alessio, Emanuel, entre otros, “fui invitado a participar en su banda con gloriosos temas de su autoría y con la cual pisé el majestuoso escenario del ‘Internacional Jazz Fest’, en Playa del Carmen”, comentó orgulloso. Fue en ese espectáculo donde tuvo la posibilidad de compartir con músicos de la talla de Iván Lins, Dave Weckl y  Mike Stern.

Actualmente, además de ser artista fijo en una cadena de hoteles de Cancún, el guitarrista está realizando una gira junto a Francisco Céspedes y Armando Manzanero por el interior de México.

“Llevo el nombre de San Luis en lo alto. En las presentaciones de Francisco Céspedes él me nombra y le dice al público que soy 'de San Luis, Argentina'. Eso me llena el alma”, sostuvo.           

Esa gira además, incluye a países de Latinoamérica como Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, entre otros, y Estados Unidos.

Desde hace doce años Gonzalo carga su guitarra por prestigiosos hoteles, eventos públicos y privados, conciertos en teatros y festivales como el Gastronómico de Holbox, el Festival Internacional de la Música de Cancún, Festival Nacional de jazz de Cancún.

El guitarrista afirma que extraña mucho a su provincia, y que cada vez que puede, regresa y da clínicas de guitarra, “hablo de la experiencia que me tocó vivir con la música en el extranjero. Quiero inspirar a los jóvenes a que sigan soñando y que logren todas sus metas en lo artístico”, manifestó.

“Uno siempre vuelve, y cuando lo hace, lleva consigo todo ese tesoro que trae de regreso a su casa, un tesoro de conocimiento, de cultura y de experiencia”, cerró el músico a punto de partir a otra presentación.