El jefe de Gabinete, Marcos Peña, salió este miércoles al cruce de los pedidos de varios gremios para reabrir las negociaciones salariales después de la aceleración inflacionaria en el segundo trimestre del año y aclaró que el Gobierno no apoyará esa iniciativa.
Peña argumentó la posición oficial en que los acuerdos salariales firmados en el primer semestre del año hasta ahora "reflejan la inflación que viene, que claramente va a ser más baja" que la actual.
"En general, lo que vemos es que los acuerdos que se realizaron reflejan lo que será la inflación que viene.
Esperamos que a través del diálogo se pueda ver que el salario y el poder adquisitivo se van a ir recomponiendo mes a mes", sostuvo.
Según el funcionario público, "hay indicios claros de que en julio (la inflación) fue significativamente más baja que en junio" y que "hay un consenso bastante generalizado de que (la medición) ha estado en 2% y algo, algunos dicen en 2,5%, 2,3% o 2,2%".
La Confederación General del Trabajo (CGT) dijo este miércoles que el costo de vida subió un 3,1 por ciento mensual en julio y alcanzó así el 45,86 por ciento anual, por lo que una familia tipo necesita casi 12.800 pesos para no ser pobre.


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