Investigan una denuncia de presunto maltrato a detenidos
En un episodio con características confusas, dos hombres afirmaron en la Justicia que sufrieron un trato abusivo de los policías de guardia. La jueza Virginia Palacios, ordenó allanar la Comisaría 7ª.
La jueza Penal 3, Virginia Palacios, mantuvo ayer una audiencia con dos hombres que la semana pasada denunciaron que fueron víctimas de apremios ilegales mientras estaban detenidos en la Comisaría 7ª de San Luis. Uno de ellos, el más joven, aseguró que los policías lo vejaron, a la vista del otro arrestado, para que confesara dónde estaba el arma de fuego robada a un efectivo.
Según la presentación hecha en la Justicia, el hecho investigado ocurrió entre el miércoles 26 y el jueves 27 de julio en la dependencia ubicada en la calle Juan Peral, junto a la primera rotonda de la Vía del Peregrino, en la zona este de la capital.
El viernes, el jefe de la Policía, comisario general (R) Juan Antonio Páez, le dijo a este medio que tomaron conocimiento del caso por el oficio que recibieron esta semana, en el que la jueza ordenaba allanar la Seccional 7a. La medida se concretó el miércoles 2 de agosto, y secuestraron objetos mencionados por el denunciante, el libro de guardia y celulares de policías que estaban de turno aquel día, enumeró otra fuente vinculada al caso.
Páez también aclaró que, dado que no tiene comunicación formal del caso, no ha ordenado ninguna medida en la faz administrativa. Es decir, todo el personal de la Comisaría 7a sigue en funciones y no ha habido pases a disponibilidad, desplazamientos ni cambios en la dependencia. “A la brevedad, si lo veo necesario, lo haré. Por ahora no sé cuál es la causa en sí”, refirió.
La identidad de los denunciantes no ha trascendido por el momento. Pero se sabe que ambos son mayores, que son changarines y que la Policía los llevó a la comisaría para averiguarle los antecedentes, “por llamados realizados por personal de la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus, por problemas” en la terminal, explicó Páez. No detalló cuáles fueron esos inconvenientes.
Según lo expresado por los denunciantes, entre la noche del miércoles 26 y la madrugada siguiente fueron insultados y golpeados por los efectivos, que los acusaban de haberle sustraído el arma reglamentaria a un policía.
Anoche, la máxima autoridad de la fuerza dijo que el agente al que le robaron no es de la seccional 7ª y que la pistola habría sido sacada de su auto particular.
Otra fuente consultada indicó que, según la denuncia, ambos detenidos fueron maltratados y uno fue vejado frente a su amigo, a quien “le decían ‘mirá lo que te va a pasar también a vos si no nos decís dónde está el arma”, refirió.
Manifestó también que, si bien son tres los uniformados varones que habrían tenido un rol activo en los presuntos apremios, todo el personal que estaba de guardia tuvo conocimiento, “porque vio o escuchó los gritos de pedido de auxilio, y nada hizo”.
Según el informante, los denunciantes asentaron que permanecieron en la seccional durante 24 horas. Pero realizaron la presentación cinco días después del hecho, es decir, el martes 1o de agosto, dado que el más joven, por temor, no se animaba a hacerlo.
Cuando fue examinado, el médico forense Luis Lucero Arienti, del Poder Judicial, constató que tiene lesiones, acotó. Confirmaron que el otro hombre también está lesionado.


Más Noticias