Don Mansueto tuvo un aprobado en su debut

Todo debut en el ambiente de los remates de hacienda tiene sus complicaciones. Hay que darse a conocer, ganarse un lugar en el calendario, convencer a los potenciales compradores de las bondades genéticas de lo que se ofrece y, sobre todo, generar confianza. Porque a pesar de los tiempos que corren, en las subastas todavía la palabra tiene un valor, de un lado y del otro, tanto de los que ofrecen como de los que van a comprar. Si lo sabrá la consignataria Ganadera del Sur, que lleva 105 años batallando en el ámbito de San Luis con un prestigio envidiable, arriesgando a veces capital propio, siempre en beneficio de los productores.

Y su papel fue fundamental en el Primer Remate Puntano de Cabañas Unidas, como llamó a la cita que organizó en forma conjunta con la cabaña Don Mansueto, del grupo empresario santafesino GonFer. Fue la familia Abdallah la que llevó el peso en el armado de la jornada, invitando a sus clientes de toda la vida y cargando con la promoción de un remate que verdaderamente no defraudó las expectativas.

Ni la de los clientes, que pudieron observar hacienda de primera calidad criada en los campos puntanos; ni de la cabaña, que si bien encontró más fluidez cuando sacó a la pista las vaquillonas, también pudo imponer sus toros de buena conformación carnicera, moderados, con facilidad de parto y una genética Aberdeen Angus de primera calidad. También se fueron conformes los responsables de Terragarba (ver recuadro), la cabaña invitada, que fue la “pata” Hereford de la subasta y también consiguió vender casi todo lo que trajo a San Luis desde sus campos ubicados en la provincia de Buenos Aires.

El predio de San Luis Feria lució como en los grandes momentos de la temporada de reproductores en un remate que estuvo tranquilamente a la altura de otros realizados allí y que ya llevan años de consolidación, como el de Don Eloy o el que se vivió una semana antes con la visita de El Porvenir y otras cabañas cordobesas. Mucho público, avidez por la hacienda y varias manos levantadas que fueron elevando la temperatura de los precios hasta alcanzar promedios más que interesantes, sobre todo teniendo en cuenta que ya está avanzado noviembre y la mayoría de los productores ya tuvo muchas oportunidades de hacerse con toros de calidad en un calendario que cada vez está más concurrido en San Luis.

El alivio de la lluvia
 

Sin dudas la puntana es una plaza apetecible, ya lo saben los criadores de todo el centro del país, quienes apuestan a la provincia para vender lo que les quedó luego de las subastas de comienzos de primavera en el norte del país. Más en un año en el cual las pasturas no abundaron tras la sequía histórica del verano, que amenazó con repetirse en octubre, aunque las últimas lluvias trajeron algo de alivio y, de paso, les permitieron a los productores que todavía no habían reforzado sus planteles, apostar por llevar algún que otro reproductor y vaquillonas de calidad a la espera de la próxima zafra.

“Hoy compran un toro con el valor de seis terneros, cuando antes la relación era de 10 a 1”, los alentó Muse Abdallah cuando tomó el micrófono, pocos minutos antes de que Miguel Talano comenzara a bajar el martillo. El remate tuvo una característica poco común: los organizadores decidieron sacar a la pista las vaquillonas antes que los toros, con lo que se vieron recompensados quienes habían ido en busca de vientres, que fueron muchos. “La expectativa por los toros, los precios que iban a hacer, y el hecho de que fuera la primera vez de ambas cabañas hizo que prefiriéramos primero sacar las vacas, para que las tribunas se mantuvieran llenas”, confió uno de los responsables de Don Mansueto.

Además, había un incentivo extra para todos los que compraron vacas con servicio y vacías con cría al destete: se llevaban dos dosis del último Reservado Campeón Nacional en la última Expo de otoño, como para reforzar sus planteles con genética probada. Además, las cabañas dieron 120 días libres de plazo para pagar y, si alguno necesitaba un poco más, Ganadera del Sur ofreció alargarlo con el 5% mensual. “Quisiéramos que fuera menos el interés, pero la situación de la economía argentina no lo permite”, se disculpó Abdallah.

Y no se equivocaron. Por un lado porque se dio tal como lo pensaron y la gente se quedó, pero también porque la gran calidad de esos vientres hizo que la subasta tomara color muy rápido, con un martillo ágil y buenos precios. No era para menos, las vaquillonas mostraron un estado corporal sobresaliente, además de una trazabilidad que las hizo objeto de deseo. Primero salieron las Angus con garantía de preñez y fecha probable de parto para junio del año que viene, animales de entre 405 y 480 kilos, hijas de Don Alfredo las negras y de Don Omar las coloradas. Servidas por Indocumentado las primeras y por doctor las segundas.

El primer lote se vendió a $26 mil, pero las coloradas fueron más allá y terminaron en manos de la firma Agrícola Ganadera del Oeste por $27.500 y $28.500. Tanta era la confianza de Talano, que cuando recibió una primera oferta por 20 mil pesos dijo: “Me voy a divertir un rato tomando ese precio de base…”. No le faltó razón, el promedio de las 29 cabezas fue de $27.344,83.

La ventaja de esta hacienda es que nació y se crió en San Luis, en los duros campos serranos de San Martín, donde GonFer tiene su principal establecimiento de cría, ya que la cabaña está en Colón, provincia de Buenos Aires. Por eso también las vaquillonas Angus paridas con cría al pie y garantía de una segunda preñez, que fueron sesenta, lograron un promedio alto: $21.400. Aquí la firma EAG, de capitales mendocinos pero con campo en San Francisco, copó la parada y se llevó varios lotes, tanto de negras (hijas de Mister Angus) como de coloradas (Trueno).

Las Hereford de Terragarba estuvieron a la altura del acontecimiento. En este caso no son animales criados en San Luis, pero mostraron una genética excepcional y se sabe que es una raza que en la provincia está muy arraigada. Primero salieron vaquillonas con servicio y cría al pie, que se fueron repartiendo entre varios conocidos productores puntanos. El servicio corrió por cuenta de toros conocidos como Blank (Reservado Gran Campeón Macho 2016) y Quintus, más un repaso con toros puros de pedigrí de la cabaña. El tope de peso entre los terneros machos fue de 260 kilos, animales listos para el destete y para ingresar a cualquier selección. Con un máximo de 23 mil pesos y un promedio de $21.730, la cabaña aprobó con creces su primer examen en tierras puntanas, porque además logró vender las 80 cabezas que trajo.

Panorama más tranquilo

Cuando terminaron los vientres y llegó el turno de los toros, la duda era si la fluidez iba a continuar o si, por el contrario, comenzaría a costarle más a Talano bajar el martillo. Se dio esto último, a pesar de que los promedios siguieron altos, ya que los 13 Aberdeen Angus Puros Controlados redondearon $52.307,69 y los 21 Polled Hereford Puros Registrados, $49.714,29. En lo que coincidieron ambas razas fue en el precio máximo de sesenta mil pesos.

En este punto la subasta se hizo más lenta y el martillero tuvo que sacar a relucir toda su experiencia, además de contar con un guiño de las cabañas, que elevaron el plazo de pago a 150 días libres, una facilidad que también incluyó a las vaquillonas que ya habían vendido. Dejó pasear los toros por la pista, bajó el precio de arranque y ofreció buenas oportunidades para colocar a tríos enteros.

Aún así los productores estuvieron remisos a levantar la mano y eso provocó que algunos terminaran haciendo un gran negocio, llevando toros de gran potencial por valores por debajo de lo esperable para esa calidad. “Falta pasto, piden fortunas por la alfalfa y no se puede comprar maíz, entonces hay pocos que se arriesgan a llevar animales tan pesados, porque hay que darles de comer”, le confió a la revista El Campo un productor del Departamento Ayacucho, quien siguió atentamente la evolución de la subasta, pero sin ofertar.

“Esperaba un poquito más de interés por los toros, sobre todo porque son de San Luis, pero por ser el primer remate nos vamos conformes. Las vaquillonas tuvieron una aceptación bárbara”, dijo Franco Bompadre, el encargado de ganadería de Don Mansueto, haciendo un resumen perfecto de una jornada que seguramente tendrá más ediciones en los años por venir.