San Luis: una agente quedó involucrada en un robo y la suspendieron
La Policía allanó su casa en busca de bienes que su pareja robó de unos departamentos. Al hombre le dictaron prisión preventiva.
Un amor que le podría costar su puesto de trabajo. Este jueves, la oficina de prensa del Ministerio de Seguridad informó que le iniciaron un sumario administrativo a una agente del Servicio Penitenciario Provincial que es pareja de un hombre al que le dictaron prisión preventiva por “hurto”.
La agente Sandra Beatriz Lozano Muñoz es esposa de Ricardo Alfredo Miranda, de 31 años, vecino de la casa 13 de la manzana 18, en el barrio El Lince de la ciudad de San Luis. Y es justamente ese el domicilio formal de la mujer, donde policías de la Comisaría 1ª y del Departamento Investigaciones allanaron, en busca de pruebas por un robo que ocurrió el martes 12 de febrero, en el edificio de departamentos Zara II, de la calle Belgrano 378. Además como si fuera poco, tuvieron que convocar a sus pares de Lucha Contra el Narcotráfico, porque hallaron semillas y plantas de marihuana.
A raíz de que la mujer quedó involucrada al hecho porque le allanaron su domicilio, el Servicio Penitenciario fijó una resolución en la que señala que lo que ocurrió “atenta con la credibilidad y confianza que siempre debe tener e inspirar el personal de seguridad”.
Ante esa situación el jefe del servicio, subalcaide Segundo Gimenes, resolvió instruirle un sumario administrativo por 120 días, desde el 21 de febrero, a la agente Lozano Muñoz dado que considera que estaría violando dos artículos del “Reglamento Régimen Disciplinario”: uno es “Falta a la ética profesional” y el otro, “Falta al orden funcional”.
“La agente presta servicio desde hace 6 años”, dijo Gimenes, pero resaltó que “se reintegró de una suspensión anterior, en el año 2017. Fue por unas cuestiones internas relacionadas con lo mismo”.
El robo
El juez de instrucción Penal 2 de San Luis, Ariel Parrillis, procesó a Miranda por “Hurto calificado por escalamiento” cometido en perjuicio de dos personas.
El ladrón esperó a que una residente del edificio abriera la puerta y, con la excusa de que había olvidado su llave, consiguió que lo dejara entrar. Se encaminó a un departamento y logró deslizar una ventana corrediza para entrar. El magistrado caratuló la causa como “hurto” porque Miranda no ejerció violencia en las cosas ni en las personas para consumar el hecho. En ese primer departamento se apoderó de la llave de un vehículo y salió.
Se metió en otro. En ese tuvo mejor suerte, porque halló dos costosas notebook, además de dinero: pesos y algunos euros y dólares.
Una de las pistas para llegar a Miranda la proporcionó una de las computadoras que sacó del segundo departamento. Cuando la encendió en su casa, mejor dicho en la de Lozano Muñoz, se activó un GPS de la máquina, que permitió rastrearla.
La Policía apostó vigilancia allí y la noche del 13 vieron salir a un hombre con camiseta de River, que llevaba una bolsa. Cuando lo fueron a identificar, se dio cuenta, tiró la bolsa y corrió. Logró escapar. En la bolsa estaban las dos notebooks con sus cargadores y parte del dinero robado.
El 15 de febrero fueron a allanar la casa. Miranda no estaba, solo hallaron a su esposa, la agente. A él lo ubicaron después, cuando andaba en su auto, un Peugeot 408 negro, patente KKJ 912, por la calle 7, entre 101 y 103, del Parque Industrial Norte.


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