En Estocolmo, Suecia, tuvo lugar el Sexto Foro Anual sobre Paz y Desarrollo, y una pregunta resultó insistente ¿Hace falta una convención mundial de principios comunes para la construcción de la paz? Esa inquietud sobrevoló el foro, en medio de un clima internacional amenazante (así lo calificaron) para la seguridad planetaria.
Las crecientes intervenciones militares, la propagación de emergencias humanitarias, la migración forzada, el aumento de guerras civiles, eventos extremos provocados por el cambio climático, la pobreza generalizada y el hambre relacionada con los conflictos, son los componentes de esa amenaza, resumieron los participantes.
Un resumen que pone en relieve, la situación que atraviesan cada día millones de personas, cuyos derechos humanos continúan incumplidos.
El encuentro fue organizado por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), junto al Ministerio de Relaciones Exteriores sueco.
“Durante muchas décadas”, dijo el ministro sueco de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Peter Eriksson, “las reglas de la guerra estuvieron regidas por la Convención de Ginebra, pero no ha sucedido lo mismo con las de la paz y el desarrollo”.
Luego de alegar sobre la adopción de principios comunes, el ministro valoró que Naciones Unidas implemente reformas para mejorar la respuesta a las crisis, a mantener la paz y al desarrollo sostenible. El Banco Mundial inició el desarrollo de una nueva estrategia para responder a la “Fragilidad, Conflicto y Violencia”. Mientras que la Unión Europea trabaja en su “Enfoque Integrado para Conflictos y Crisis” y la Unión Africana intensifica su “compromiso con respuestas a la crisis”.
Si a esto se le agrega que el Comité de Asistencia para el Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE/CAD) elaboró nuevas recomendaciones sobre el nexo entre Desarrollo Humanitario y Paz; es porque el mundo entero habla acerca de la paz.
Eriksson fue al eje de la discusión cuando preguntó: ¿existen mecanismos suficientes para unir a quienes dan respuesta a las crisis con aquellos que trabajan en construir la paz y el desarrollo? Y si esto no sucede, agregó, ¿qué se necesita?
Durante los últimos cinco años el Foro ha dado forma al debate mundial sobre el tema, desarrollando ideas innovadoras y construyendo puentes cruciales.
El Sipri tiene un programa en el Sahel que se centra en las perspectivas locales sobre la paz y la seguridad, mientras también desarrolla la incorporación de esas perspectivas locales en las intervenciones internacionales en Malí y en el resto de la región africana. Además realiza un proyecto para comprender mejor los vínculos entre la seguridad alimentaria y el hambre, con el fin de ayudar a mejorar la sensibilidad al conflicto de uno de los programas más importantes ante las crisis.
Hubo una lógica coincidencia a la hora de afirmar que los desafíos globales nunca pueden superarse de manera aislada, sino que solo pueden abordarse a través del diálogo y la cooperación.
Susan Wilding dirige la oficina de Civicus, en Ginebra, Suiza, y dijo que “la respuesta a la pregunta del ministro debería ser Sí. Necesitamos desarrollar principios comunes para la construcción de la paz”.
Wilding recordó que las recomendaciones la OCDE hablan de “prevención siempre, desarrollo siempre que sea posible, acción humanitaria cuando sea necesaria, y el nexo humanitario de desarrollo y paz”.
“Pero lo que no tienen en cuenta, especialmente en lo que respecta a la parte de la prevención, es el nexo con los derechos humanos”, criticó Wilding. “¿Cómo podemos esperar prevenir los conflictos si no nos enfocamos primero en la prevención de los abusos de los derechos humanos? Clarísimo. Pasos para la construcción de la paz.


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