Tres caras de la misma moneda

La unión hace la fuerza" y la muestra "ART 3" no es la excepción al dicho que describe a la combinación de “1 Muestra, 2 Generaciones y 3 Artistas”. Mariana Balliro fue la encargada de reunir a Candela Molina y Briana Muñoz para combinar su arte y atravesar desde distintas aristas a la mujer como deportista, en su rol de género y sus emociones.

Las tres expositoras son artistas plásticas y su intervención en el Centro Cultural Puente Blanco está íntimamente conectada con el Día Internacional de la Mujer, que se continuará homenajeando en la provincia durante todo el mes. “Se nos ocurrió la idea de hacer algo que mostrara integración, igualdad y diversidad. Justo se dio que las tres abordamos el tema de la mujer, así que reunimos estos cuadros para formar la muestra”, explicó Mariana, de 44 años, quien es el alma mater de la exposición.

"El nombre lo pensamos bastante, pero nos gustó esa idea de que las tres hacíamos arte con diferentes miradas, pensamientos y con edades tan discordantes, lo que hace que cada una ponga su impronta y su técnica particular”, contó la profesora de arte, a quien la une un lazo especial con sus dos compañeras de muestra. Candela, de apenas 15 años, es su hija y se especializa en diseño digital, mientras que Briana es su alumna y trabaja con acrílicos.

Briana utiliza lo visual para plasmar todos los sentimientos que su hipoacusia no le permite comprender en sonidos y palabras. La joven de 18 años muestra el dolor, la melancolía y la injusticia social en sus cuadros en los que combina los tonos grises, el frío del pulcro blanco y fuertes pinceladas de colores que reflejan toda esa emoción contenida. “Muestra todo lo que la boca calla y lo que tiene guardado. Al ver sus cuadros te das cuenta de la expresión que ponen en cada obra. Una se llama ‘Lágrimas de sangre’ y habla de la violencia de género”, comentó la profesora.

Candela, la más pequeña del grupo, recurrió a la tecnología y a sus habilidades como "centennial" para crear deportistas mujeres en plena acción sobre la cancha, en unos cuadros que combinan el dinamismo y la fuerza del entrenamiento físico. “Se trata del arte que hay en las futbolistas, un área que hasta hace poco estaba invisibilizada. Mucha gente piensa que son imágenes retocadas, pero son piezas que ella dibuja desde cero por computadora y después las pinta y les da forma”, explicó la mamá de la artista. 

Por último están los cuadros de Mariana, quien juega con los rostros, los gestos y deforma la convencionalidad de los colores, en una búsqueda de deconstruir los parámetros de género. “Jugué mucho con el tema del azul y el rosa, que siempre están asignados al varón y la mujer respectivamente, entonces quiero sacar ese mito e imposición, ya que el color no tiene género”, explicó.