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Debates profundos sobre la internet

Por redacción
| 08 de septiembre de 2020

En las últimas semanas hubo una dramática escalada en la postura de Estados Unidos hacia las empresas de tecnología de la República Popular China.
Después de perseguir a la compañía de infraestructura Huawei durante años y a la aplicación de la red social TikTok durante semanas, el secretario de Estado, Mike Pompeo, publicó un comunicado de prensa que generó escalofríos y rechazo dentro de la comunidad de internet abierta.
Propone crear una internet paralela, en donde empresas de China no tengan lugar. El texto afirma que “el impulso del programa Clean Network (Red Limpia) está creciendo. Más de treinta países y territorios son ahora países limpios…”.
El comunicado de prensa, que tiene más de 450 palabras, incluye el término “protección” (safety) solo en su título, “Anunciando la expansión de la Red Limpia para Salvaguardar los Activos de los Estados Unidos”.
Se refiere a la “seguridad” (security) solo cuatro veces, en su mayoría incluidas en el término “seguridad nacional”. Sin embargo, la palabra “limpio” (clean) se menciona 14 veces. Limpio, en contraposición a sucio. Y sucio en el comunicado de prensa de Pompeo se define como cualquier cosa en la que estén involucrados China o el Partido Comunista de China (PCCh).
En resumen, el comunicado de Estados Unidos no aporta ninguna prueba que justifique las medidas drásticas que propone, ni incluye referencias a ningún análisis técnico que pueda explicar la decisión de crear una red paralela por sobre cualquiera de las otras opciones disponibles para generar confianza (como la definición de estándares técnicos de transparencia, un mayor control público, y auditorías sorpresa, entre muchas otras).
Por lo tanto, parece razonable afirmar que la declaración de Estados Unidos es una expresión de xenofobia.
El nacimiento y la expansión de la red que conocemos como internet es el resultado de una cultura de estándares abiertos gestados a partir de procesos de consenso.
Este era el modelo para proponer cambios y resolver problemas, incluidos los problemas de confianza.
Sin embargo, Estados Unidos parece haber dado un nuevo golpe sobre la mesa. Ya no está discutiendo los problemas en base a sus méritos. Insiste en un factor: la identidad.
Esto se ve claramente en el modo en que el presidente Donald Trump explica cómo su gobierno va a forzar a TikTok a vender su negocio en los Estados Unidos a Microsoft.
El modo y las garantías que puede ofrecer Microsoft en materia de privacidad para los usuarios estadounidenses de TikTok no es parte del debate.
En el mismo escenario, Google y Facebook invirtieron miles de millones en el proyecto del cable submarino de datos Pacific Light que conecta Hong Kong, Taiwán, Filipinas y Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Donald Trump estudia vetar el tramo que va entre su territorio y Hong Kong por temor a sufrir un robo de datos por parte de China.
Y es que el “Team Telecom”, un comité del gobierno de los Estados Unidos, recomendó ahora que el país deniegue su aprobación.
La decisión es otra señal de la creciente tensión entre Estados Unidos y China, que continúan sumidos en una guerra comercial.
Pero también, es una discusión sobre la supremacía en el manejo de datos de cara al futuro. No es un debate menor.

 

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