Juzgan a madre e hija por el homicidio del bebé de la más joven
El hecho ocurrió en 2019 en San Luis; la defensa quiere que el caso se analice con perspectiva de género.
Exactamente tres años después de que Mónica Zingman y su hija, Romina Jaime, fueran procesadas con prisión preventiva por el homicidio del bebé recién nacido de esta última, estaba previsto que comenzara el juicio oral contra ellas por homicidio calificado por el vínculo. Pero, según explicó una fuente judicial, no se pudo dar apertura al debate al que las mujeres llegan con un pedido de prisión perpetua.
No inició porque uno de los camaristas, José Luis Flores, está de licencia esta semana, por lo que ayer se trató de lograr la conformación del tribunal con un juez Civil, pero no fue posible, por lo que estimó que tal vez hoy se daría comienzo, resumió.
El 18 de julio de 2019, Jaime fue con su madre al Hospital del Sur acompañada por su madre, para hacerse atender por un fuerte dolor abdominal. Nunca manifestó que estaba embarazada. Según lo reconstruido por los investigadores, ella tuvo al bebé en el baño, sin que el personal de salud lo notara y le entregó luego el recién nacido a su madre envuelto en una campera, que después ella arrojó en un cesto.
En la autopsia se concluyó que el bebé estaba a término, que nació por un parto natural, que respiró, que su peso y talla era acorde al tiempo gestacional y que la muerte fue por una asfixia mecánica, descartando la médica forense Marcela Gómez otras cuestiones naturales que pudieran haber incidido en ese desenlace.
Los abogados Héctor Zavala Agüero y José Olguín representan a madre e hija, presas desde 2019. El primero le dijo a El Diario que en julio de este año, con el convencimiento de que Zingman no tuvo ninguna responsabilidad, solicitó la excarcelación, para que aguardara el juicio libre. Pero, por decisión de la mayoría, la Cámara no hizo lugar a su pedido.
La defensa aspira a que el caso sea juzgado desde la perspectiva de género. “En la instrucción intervino un juez varón (Ariel Parrillis), un perito psiquiatra y un perito psicólogo varones. Un hombre jamás va a poder estar en la situación de una mujer que da a luz (…) Zingman no sabía qué había en la campera que tiró en el tacho y ni el personal del centro de salud lo advirtió. Jaime dio a luz, dicen que el niño nació vivo, que respiró. Lo que no está claro es si murió por asfixia porque ella lo envolvió o porque se cayó al inodoro y se asfixió. Pero más allá de eso, lo que plantearemos es que es una chica de corta edad, de un lugar vulnerable, muy humilde, que ni siquiera había terminado el secundario. No podía hablar con nadie de la situación, nadie sabía que estaba embarazada, salvo la persona que la dejó embarazada, un escribano, mucho mayor. Por ello decimos que estuvo sometida a una violencia y que el caso tiene que ser visto con perspectiva de género”, refirió.
Redacción/MGE


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