Le formularán cargos por matar a un delincuente a puñaladas

Pocos minutos antes de la madrugada de este viernes, Pablo Felipe Tapia Miranda (30) cumplía de manera tranquila su labor de cuidador del predio de la Escuela Especial N° 9 Apadis, ubicada en la intersección de las calles Zoilo Concha y Coronel Mariano Carrera. Allí fue sorprendido por Cristian Abraham Garrido Díaz (47), un delincuente a quien abatió a puñaladas. Este sábado, el hombre enfrentará una audiencia de formulación de cargos en la que la fiscal de Instrucción 4, María del Valle Durán, junto al fiscal adjunto Héctor Andina, expondrá la acusación en su contra ante el juez de Garantías 3, Marcos Flores Leyes.

Una fuente policial de la Comisaría 39ª, dependencia que tiene jurisdicción en la zona donde sucedió el homicidio, refirió que alrededor de las 24 un llamado al 911 les advirtió que en el predio del establecimiento había un hombre malherido. “Al llegar, esa persona no respondía, por lo que solicitamos una ambulancia del Sempro. Los médicos determinaron que ya no tenía signos vitales, por lo que les dimos aviso a la fiscalía y al Departamento Homicidios”, detalló.

En el lugar, los agentes de la Comisaría 39ª mantuvieron una breve entrevista con Tapia Miranda. “Adujo que había forcejeado con la persona que estaba tendida en el suelo, es decir, con Garrido Díaz. Dijo que había ingresado al predio con aparentes intenciones de robar y que él lo sorprendió, que forcejearon y que en ese intervalo le asestó puñaladas con un arma blanca. El cuerpo estaba tendido a unos 20 metros de una casa que está ubicada en el mismo predio, que es en donde el sereno vive con su familia, y a unos 15 metros de distancia de un tejido alambrado que funciona como cierre del predio”, contó el informante.

Al mismo tiempo, explicó que antes de que Tapia Miranda sorprendiera al delincuente había escuchado sonidos y estaba alerta. “Dijo que él estaba adentro de la casa, que escuchó un ruido y cuando miró por la ventana vio una sombra que le advirtió que alguien andaba por afuera, pero cuando salió no encontró a nadie. A los minutos volvió a salir e hizo un recorrido por el predio, pero no notó nada raro y regresó a la vivienda. A los quince minutos observó que un hombre entró desde la calle y se escondió. Salió otra vez y caminó aproximadamente quince metros hasta que se topó con esa persona, que estaba escondida en la oscuridad. Era Garrido Díaz. Se enfrentaron y forcejearon porque, según Tapia Miranda, Garrido Díaz pretendía robarle una bicicleta, por lo que le propinó las puñaladas que terminaron con su vida”, agregó detalladamente la fuente.

Refirió que el agresor vive y trabaja allí desde diciembre de 2020, cuando los directivos del establecimiento lo contrataron como cuidador. En el domicilio reside junto a su esposa y dos hijos menores, quienes no estaban al momento del hecho.

Mencionó que el lugar estaba oscuro y que cuando los vecinos escucharon los gritos se acercaron, y uno de ellos le indicó a Tapia Miranda que Garrido Díaz había llegado junto a una joven que había permanecido sentada cerca, cumpliendo la función de “campana”. Ayer, la Dirección de Prensa y Comunicación Institucional del Poder Judicial, a través de un comunicado, refirió que esa persona que cumplió ese rol es una adolescente de 14 años, aunque no especificó si tendría algún tipo de vínculo con el fallecido.

Si bien hasta ayer al cierre de esta edición no trascendió el resultado de la autopsia, una fuente policial ligada a la investigación señaló que Garrido Díaz “presentaba una herida punzocortante en la zona intercostal izquierda, entre otras”. Por otra parte, agregó que en la escuela constataron que el cierre perimetral del tejido de alambre que da acceso a la calle Zoilo Concha tenía una abertura. Estaba cortado. Presumen que lo realizó Garrido Díaz para ingresar al predio.

“Además, en proximidad al perímetro descripto se hallaron tirados dos cajones con envases vacíos de cervezas y un cuchillo de aproximadamente 33 centímetros de longitud con una hoja de 20 centímetros de largo y 4 de ancho, con manchas pardo rojizas”, cerró.

Reincidente

El 13 de enero, Cristian Abraham Garrido Díaz fue enviado a la cárcel. El juez Juan Manuel Montiveros Chada lo procesó con 15 días de prisión preventiva por “Hurto en grado de tentativa”. Había sido arrestado tres días antes por sustraer elementos del interior de un auto que estaba estacionado sobre la calle Franco Pastore.

Tras cumplir la medida, recuperó su libertad, pero no escarmentó. El miércoles 8 de febrero fue demorado por cortar el cierre perimetral de la Universidad Provincial de Oficios (UPrO), del barrio Eva Perón. En una mochila llevaba una tenaza y una pinza. “Era conocido en el ámbito delictivo y registraba fácilmente unas 20 causas por robos, hurtos, daños, tenencia de estupefacientes y otros delitos federales”, acotó una fuente policial.

Redacción/ALG