La realidad, la crueldad y los miserables…

El Indec informó que la construcción retrocedió un 21,7% en enero pasado, la peor caída desde mayo de 2020, en la comparación con el mismo mes de un año atrás. La caída de la industria fue igualmente severa, aunque más baja: 12,4% para el mismo período. Todos los sectores cayeron con fuerza: “Alimentos y bebidas”, 6,4%; “Sustancias y productos químicos”, 12,1%; “Maquinaria y equipo”, 33,5%; “Industrias metálicas básicas”, 19,3%, por citar algunos rubros importantes. La comparación es con enero de 2023. Es decir, las explicaciones que dicen que en enero cae la producción industrial por las vacaciones del personal y las paradas técnicas no corren en este caso. En este resultado influyó el recorte de la obra pública. Otros datos, como el Índice Construya que realizan empresas del sector, mostraron las mismas caídas. El despacho de materiales y otros productos para la construcción cayó un 26,6% en febrero en la comparación con igual mes de 2023.

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción, que publica el Indec, mostró que el sector que más cayó fue el del asfalto, con un descenso del 61,9%. El asfalto está totalmente vinculado a la obra pública. Otro rubro con una caída feroz en los despachos para obras fue el del hierro redondo y aceros, con 38,6%, muy empleados en las obras grandes. La semana pasada se conoció el caso de Acindar, de ArcelorMittal, que anunció que parará sus plantas productivas en distintas localidades hasta el 15 de abril, para reformular las características de su negocio en medio de la caída de la demanda interna.

Los haberes previsionales no alcanzados por los bonos mostraron una reducción real de 43% durante el primer bimestre de 2024, mientras que la pérdida de los haberes mínimos con bono incluido fue de 27,8%.

Suele ser muy conveniente comenzar cualquier precisión con datos que reflejen lo más objetivamente posible la realidad. Esto evita que la carga emocional y algunos gestos pintorescos tiñan de subjetividad y de frivolidad lo que se pretende analizar.

Todo se ve exacerbado por cierta carga de crueldad que quienes se expresan en nombre del gobierno nacional y de las ideas libertarias.

A este respecto es muy interesante el análisis del escritor y docente Martín Kohan publicado en Página 12: "la crueldad está de moda en la Argentina. Luce bien, cae bien. En un contexto donde la empatía y la solidaridad deberían prevalecer, se observa una preocupante tendencia hacia la humillación y la exposición de otros al ridículo", sostuvo. Y puso por ejemplo la frase del vocero presidencial respecto de la situación de Télam: "saluden a Télam que se va", es el regodeo en el ensañamiento, con el padecimiento ajeno. "Hay alguien que se regodea, porque disfruta el daño que está haciendo", resumió Kohan.

El docente universitario advirtió, además, que hay un disfrute y un permiso para manifestarse cruelmente contra el otro y señaló: "Lejos de ser condenada, es vista como algo aceptable e incluso admirado por algunos sectores", lamentó.

Este comportamiento no es exclusivo del ámbito nacional. Se observa con mucha nitidez en el contexto provincial. A sus autores les falta coraje y altura de funcionarios para difundirlo y reconocerlo públicamente. Sin embargo, es ampliamente reconocido el maltrato que se prodiga a nivel de la administración pública con quienes guardan o han guardado alguna relación con la gestión anterior.

Mucho bravucón devenido en jefe descalifica, maltrata y matonea con aires de otros tiempos que se creían superados en la Argentina y en San Luis.

 Imbuidos del supuesto poder que otorga el ocasional espacio de autoridad que ocupan, humillan y desmerecen a agentes de la administración dispuestos a cumplir su tarea diaria. Por supuesto que además de crueldad se precisa mucha mediocridad y mucha falta de respeto para ejercer tan despreciable tarea.

Sería deseable que se pusieran manos a la obra con una gestión más eficiente que se ocupe de lo que se tiene que ocupar, y abandone prácticas tan crueles como deleznables.