Con motivo de conmemorarse el Día Internacional de la Diversidad Biológica, el 22 de mayo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó una nueva propuesta para apuntalar en la biodiversidad las prácticas agrícolas, ganaderas y pesqueras.
La estrategia apunta a promover prácticas agrícolas sostenibles; conservar, mejorar, preservar y restaurar la biodiversidad en su conjunto, y a reducir los impactos negativos de las prácticas agrícolas en la biodiversidad.
Incluye el Centro de Conocimientos sobre Biodiversidad de la (FAO), que recopila más de 350 herramientas, directrices y otros recursos relacionados con la biodiversidad, y proporciona una “ventanilla única” para facilitar el acceso al conocimiento en la materia vinculado a la alimentación y la agricultura.
La biodiversidad “es el potencial de la diversidad alimentaria en el futuro. Es lo que los humanos cultivamos, criamos, capturamos y cosechamos. Es lo que sustenta nuestras redes alimentarias, desde los polinizadores hasta los microorganismos de nuestros suelos”, expuso la organización, al presentar el plan.
Al respecto, entre los datos destacados, está el hecho de que hasta el 95% de la producción mundial de alimentos depende del suelo y más de un tercio de los suelos utilizables están degradados, en una escala que va de mucho a moderadamente.
Unas 50.000 especies silvestres en todo el mundo son pescadas, taladas o cosechadas para obtener alimentos, piensos, materiales, energía, medicinas u otros fines.
Alrededor del 35% de la producción agrícola depende de los animales polinizadores.
Los arrecifes de coral proporcionan un hábitat vital para al menos el 25% de las especies marinas conocidas del mundo.
Alrededor de 8.800 razas de ganado son utilizadas para la alimentación y la agricultura y el 28% de las razas locales están en riesgo de extinción.
La biodiversidad es lo que hace prosperar los medios de vida de los agricultores, los administradores y habitantes de los bosques, los pescadores, los ganaderos y los pastores de todo el mundo.
El plan contempla apoyar políticas y programas muy diversos, desde restaurar bosques de manglares costeros que albergan una rica variedad de peces hasta apoyar sistemas agrícolas que ayuden a preservar la biodiversidad para la alimentación y la agricultura, de modo que mejore la nutrición de las personas.
En el mundo, recordó la entidad, hay hasta 783 millones de personas que padecen hambre crónica; una cuarta parte de los niños menores de cinco años padece retraso del crecimiento; un tercio de la población mundial está desnutrida, y la obesidad afecta a una de cada ocho personas en el planeta.
En ese marco, la FAO presentó tres programas de trabajo en la República Democrática del Congo y en los estados de Palau y Samoa en el Pacífico.
Los tres proyectos apoyarán a pueblos originarios para conservar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad, y fortalecer su gestión de los recursos naturales.
Y el objetivo principal es detener y revertir la pérdida de la naturaleza, en un contexto de peligroso declive que amenaza la supervivencia de un millón de especies y afecta la vida de miles de millones de personas. Biodiversidad más agricultura.


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