La politiquería se adueñó de las fiestas de los cristos milagrosos

La visita de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, desató una interna política en San Luis. La actividad que desplegó despertó diversas lecturas por quienes la acompañaron y quienes no estuvieron.

• La primera fotografía fue lo que ocurrió el jueves a la tarde en Terrazas del Portezuelo. Si bien la prensa oficial provincial trató de focalizar todo en el encuentro entre Poggi y Villarruel, los otros invitados del recibimiento se encargaron de que su presencia no pasara desapercibida. Así se conoció que, además, habían asistido el presidente provisional del Senado y gestor de la visita, Bartolo Abdala, la senadora nacional Ivanna Arrascaeta, el prosecretario parlamentario en el Senado del bloque La Libertad Avanza Rodolfo Negri y el vicegobernador Ricardo Endeiza. "Masci nos quiso serruchar", dijo uno de los asistentes por la descortesía del secretario de Medios de San Luis.

Allí la declararon huésped de honor.

• La segunda foto fue la que sorprendió porque no figuraba en ninguna agenda. Fue un posteo de Gisela Vartalitis, que replicó Adolfo Rodríguez Saá. Ambos, junto a dos de sus hijos, compartieron una cena con Villarruel en la residencia que tiene el exgobernador y expresidente frente al predio que ocupaban los boxes del destruido autódromo internacional de Potrero de los Funes.

Después, la propia Villarruel viralizó la foto familiar y la que se sacó con Joaco y Jero Venturini, quienes, según cuentan entre sus allegados y amigos, son admiradores de Vicky.

El misterio de la cena era saber si los senadores nacionales y el propio Poggi habían participado del convite otoñal. Anoche se pudo confirmar que solo participó Abdala, quien llamativamente no estuvo en ninguna foto. ¿O fue el fotógrafo o no se quiso mostrar?, pese a que él cuenta en su listado de asesores a varios adolfistas.

El otro dato que no pasó inadvertido fue la ausencia de Poggi, lo que deja a las claras que la relación con su socio político Adolfo no atraviesa un buen momento.

Adolfo no estuvo en Terrazas y Poggi no estuvo en Potrero.

• La tercera foto fue la más pública y el objetivo central de su arribo. Tanto en Renca como en Villa de la Quebrada la vicepresidenta asistió a la festividad principal. 

• La cuarta foto fue en la Casa de los Gobernadores en Renca, donde recibió obsequios y firmó un libro de actas para dejar sellado su paso por la edificación que cumplirá 150 años.

• En esta visita se produjo la quinta foto. En ella se lo vio cerca al ministro de Turismo y Cultura, Juan Manuel Rigau, de la vice Villarruel. Contrariamente a lo que indicaba el protocolo por tratarse de una vidriera para el turismo gaucho y religioso, el dirigente de extracción radical quedó en un segundísimo plano, casi como ignorado.

• La foto que no se dio. Otro de los detalles que llamó la atención durante la agenda por las tradicionales celebraciones, en cuyo transcurso se vieron variadas caras de intendentes, legisladores y concejales, fue la ausencia de la dirigencia de la Unión Cívica Radical. Analistas políticos se preguntaban si no los invitaron o fue un desprecio hacia la figura de la vicepresidenta. ¿O están tomando distancia por los conflictos que ha generado el poggismo?

Esto fue en resumidas cuentas una síntesis del paso por San Luis de la segunda figura nacional, que develó distanciamientos internos y en otras fuerzas políticas que aprovecharon para coquetear de cara a futuros reacomodamientos.

"El Cristo le da lugar a todos"

Monseñor Gabriel Barba fue la única autoridad que se quedó en inmediaciones de la iglesia tras el fin de la procesión. Las autoridades políticas se retiraron por un acceso lateral, logrando así evitar a la prensa no afín y a multitudes que querían ver a la vicepresidenta. 
A quien se acercaba, Barba tocó su frente o bendijo cadenas y botellas de agua. "Nos ha honrado una autoridad nacional. El mensaje es que el Cristo les da lugar a todos, cada uno desde su lugar, condición y necesidad. El Cristo nos iguala a todos", concluyó.