Las continuas amenazas veladas de Rusia, advirtiendo de ataques nucleares contra Ucrania, llevaron a algunos políticos europeos a visualizar una Unión Europea (UE) armada nuclearmente.
Para la Asociación Internacional de Abogados contra las Armas Nucleares (Ialana) en Alemania, el pedido de armas nucleares para la UE contradice el derecho internacional y es una forma absurda de llegar a la paz.
La opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es que, incluso en circunstancias extremas de legítima defensa, los estados solo pueden defenderse con armas que cumplan las condiciones del derecho internacional humanitario.
La radiación nuclear es inherente a cualquier arma nuclear; por tanto, no pueden existir armas nucleares “limpias”. Los debates y las declaraciones de los políticos en la UE, y en particular en Alemania, descuidan el derecho internacional a muchos niveles.
Ante el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos desde enero próximo, el jefe de la mayor agrupación política de la UE pidió a los europeos que estén preparados para la guerra sin el apoyo de Estados Unidos y que construyan su propio paraguas nuclear.
Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha y mayoritario sempiterno en el Parlamento Europeo, describió a Trump y al presidente ruso Vladimir Putin como “los que establecen el marco” para 2024 y el año siguiente.
Los 27 estados miembros de la UE son Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumanía y Suecia.
Pero Francia es el único miembro de la UE que también es una de las nueve potencias nucleares del mundo, junto con Estados Unidos, China, Corea del Sur, India, Israel, Reino Unido, Rusia y Pakistán.
Según los analistas, el interés de algunos sectores de la UE o alguna entidad europea para que adquiera armas nucleares es debido en parte a la invasión ilegal rusa de Ucrania, acompañada de amenazas nucleares ilegales.
Pero la solución no es una mayor dependencia europea de las armas nucleares. La solución es poner fin pronto a la guerra de Rusia contra Ucrania, lo que implicaría dolorosos compromisos por parte de Ucrania.
Esto eliminaría la posibilidad real de una guerra nuclear derivada del conflicto y abriría el camino para retomar las negociaciones con Rusia sobre el control de armamentos y el desarme.
Este camino es mucho mejor que la adquisición de armas nucleares por parte de la UE u otra entidad europea. Eso violaría el Tratado de No Proliferación Nuclear, reforzaría la carrera armamentística nuclear ya en marcha y tendería a dar luz verde a la propagación de armas nucleares en otras regiones.
El interés por las armas nucleares europeas también fue espoleado por la preocupación ante las declaraciones del anterior y posible futuro presidente de Estados Unidos, Trump, que implican la desvinculación de Estados Unidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Desde la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia, en febrero de 2022, Putin ha aumentado significativamente su retórica nuclear y ha proferido regularmente amenazas atómicas veladas contra Occidente.
Dentro de la UE, el único país que podría desempeñar un papel más importante es Francia, que dispone de unas 300 cabezas nucleares.
La otra potencia nuclear europea, pero ahora fuera de la UE, es Reino Unido, con menos de unas 260 cabezas nucleares.
Europa enfrenta el debate en torno a una manera absurda de buscar la paz, a partir del desarrollo y la posesión de armas nucleares.
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