En septiembre de 2015, cuando los 193 miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptaron una resolución histórica, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aparecían ya como muy ambiciosos.
Destacan como objetivos erradicar la pobreza extrema y el hambre, eliminar las desigualdades, proteger los Derechos Humanos, promover el empoderamiento de género, garantizar el desarrollo económico, social y ambiental, y mucho más.
En 2030 vence el plazo fijado para alcanzar estos 17 ODS.
Pero nueve años después de la resolución — seis años antes del año tope para su cumplimiento— los ODS están en su mayoría muy retrasados, especialmente entre los países del sur en desarrollo.
Y los objetivos y sus 169 metas aparecen como un espejismo en un desierto reseco: cuanto más se acercan, más se alejan.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la implementación de los ODSfue socavada en su mayor parte por el bloqueo de la pandemia de COVID-19, el impacto devastador de las crisis climáticas, el aumento de la carga de la deuda, y los crecientes conflictos militares en Ucrania y Gaza.
También han obstaculizado el avance de los ODS la racha de guerras civiles en Asia, África y Medio Oriente, que desencadenaron crisis humanitarias sin precedentes y suponen un revés para el progreso económico en todo el mundo.
En consecuencia, los líderes políticos mundiales, reunidos en Nueva York los días 22 y 23 de septiembre para celebrar la tan publicitada Cumbre del Futuro, exigieron ampliar el inalcanzable plazo de 2030.
Mientras tanto, un nuevo informe sobre los ODS, publicado este lunes 17 de junio, es considerado especialmente oportuno en medio de profundas crisis climáticas, el declive del multilateralismo y otros factores que obstaculizan la Agenda del Desarrollo 2030.
También sirve como orientación para la Cumbre del Futuro, ya que proporciona un nuevo índice de apoyo de los países al multilateralismo, la gran base del accionar de la ONU, e identifica las prioridades, respaldadas por más de 100 científicos y grandes profesionales del mundo.
Según la nueva edición del Informe sobre Desarrollo Sostenible (IDS), publicado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, en inglés) de las Naciones Unidas, ninguno de los 17 ODS está en vías de alcanzarse para 2030 y solo avanza el 16% de sus metas.
Desde 2016, la edición mundial del IDS proporciona los datos más actualizados para seguir y clasificar el rendimiento de todos los Estados miembros de la ONU en los ODS.
A nivel mundial, las cinco metas de los ODS en las que la mayor proporción de países muestran un retroceso en el progreso, desde 2015, incluyen: la tasa de obesidad, la libertad de prensa, el índice de la lista roja de la vida en los ecosistemas terrestres, la gestión sostenible del nitrógeno y la esperanza de vida al nacer.
Las metas relacionadas con el acceso básico a infraestructuras y servicios, incluido el ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructuras), muestran tendencias ligeramente más positivas, aunque los avances siguen siendo demasiado lentos y desiguales entre países.
Otros datos clave son que Barbados ocupa el puesto más alto en su compromiso con el multilateralismo en un nuevo Índice, y Estados Unidos, el último lugar.
Asimismo, las metas de los ODS relacionadas con los sistemas alimentarios y de tierras están especialmente retrasadas. En todo el mundo, 600 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030, mientras que la obesidad va en aumento.
La organización estadounidense Food Tank dice que el informe revela “falta de voluntad política para alcanzar los ODS: la mayoría de los países no están invirtiendo lo suficiente en alimentación y agricultura o en los agricultores”.
La urgencia radica en invertir en soluciones que ayuden a los agricultores, a los consumidores y a las empresas alimentarias.
Porque modificar los plazos solo prorroga los problemas.


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