14°SAN LUIS - Viernes 27 de Junio de 2025

14°SAN LUIS - Viernes 27 de Junio de 2025

EN VIVO

Moda nueva, receta vieja

Por redacción
| 02 de septiembre de 2024
Invocar la lucha contra terroristas y tratar de recluir en nuevas cárceles de máxima seguridad a quienes pueda acusar por ese delito aparecen de modo creciente en la caja de herramientas de los gobernantes latinoamericanos, quienes quieren exhibir mano dura contra criminales y oponentes.
 
Es parte de una nueva moda, con una vieja receta que no deja de encender alertas a nivel global; el centro de análisis International Crisis Group, con sede en Bruselas, escribió en su cuenta de la red X que “la fascinación de los presidentes latinoamericanos con las cárceles de máxima seguridad se riega cómo pólvora”.
 
Una atracción que ocurre entre presidentes de opuestos signos políticos, aunque en su mayoría sí estén unidos por el neopopulismo de sus políticas y actuaciones.
 
El caso más reciente es el de Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro, cuya proclamada reelección en los comicios del 28 de julio generó un estallido de protestas en las calles, ordenó acondicionar dos prisiones como cárceles de máxima seguridad para recluir allí a unos 2.000 manifestantes detenidos y acusados del delito de terrorismo.
 
Del mismo delito acusó el mandatario argentino Javier Milei a opositores que manifestaron recientemente en su contra en Buenos Aires, en tanto el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ordenó construir una cárcel de máxima seguridad y habilitar un barcoprisión para delincuentes señalados como terroristas.
 
El gran referente regional es el presidente Nayib Bukele, de El Salvador, quien bajo un estado de excepción que dura más de dos años ha dirigido la detención de 80.000 personas, en su mayoría acusados de terrorismo al ser integrantes de grandes bandas de delincuentes o “maras”.
 
El gobierno de Bukele construyó una megacárcel, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), con capacidad para 40.000 detenidos, sometidos a condiciones de juicio y reclusión violatorias de los Derechos Humanos, según concuerdan las organizaciones humanitarias internacionales que observan ese proceso.
 
El ICG considera que “los recientes anuncios de construcción de cárceles de máxima seguridad están muy probablemente inspirados en las medidas tomadas por el presidente Bukele, quien ha tenido bastante éxito en reducir la inseguridad”.
 
El gobernante salvadoreño tiene altos niveles de popularidad, a pesar de las masivas violaciones a los Derechos Humanos en ese país. En efecto, “terminó poniendo a dos por ciento de la población adulta de El Salvador tras las rejas, en su mayoría sin debido proceso, y con violaciones graves de los Derechos Humanos”, dijo el organismo de Derechos Humanos.
 
Cárceles de máxima seguridad han existido y continúan existiendo en la región, pero también es cierto que esos modelos punitivos basados en detenciones masivas y en violaciones de Derechos Humanos tienden a tener efectos inmediatos, pero es muy difícil que en el mediano y en el largo plazo sirvan o continúen.
 
Las urgencias de un mundo inmediato llevan a la adopción de nuevas modas, con viejas recetas.
LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo