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La Justicia local ya investiga 16 causas por grooming

Es el método que utiliza un adulto para contactar a niños a través de redes sociales y así obtener beneficios  sexuales de ellos. 

Por redacción
| 27 de noviembre de 2017
Extorsión. El adulto primero amenaza y después corrompe a niños, niñas y adolescentes. Shutterstock.

A cuatro años de aprobarse la ley Nº 26.904 que pena el delito de grooming, en el Juzgado de Instrucción en lo Correccional y Contravencional Nº 1 de la ciudad de San Luis ya se tramitan 16 causas. Esta nueva conducta criminal está tipificada como “todas las acciones que realiza un adulto para ganarse la confianza de un menor de edad con el objetivo de obtener beneficios sexuales”. El Poder Judicial cuenta desde marzo de este año con un Departamento de Delitos Complejos que, entre otras tareas, se encarga de peritar los dispositivos involucrados en estos casos de acoso. Desde que se puso en marcha ya realizaron las pericias en 7 de esas denuncias.

 

Alejandra Quiroga Nassivera, secretaria de ese Juzgado, contó que “una de ellas llegó a tener detenidos, pero al no alcanzar mérito suficiente, pasó al archivo”. Y confirmó que “en ninguna de las investigaciones tenemos constancia de que se haya producido un encuentro entre la víctima y su acosador”. La funcionaria explicó que “no se puede descartar que en alguno de los juicios por abuso a menores que hoy están en sede penal pueda haberse dado antes un caso de grooming”.

 

La especialista en Criminalística e integrante de ese departamento, Carina Bernal, indicó que “la mayoría de las causas de pornografía infantil generalmente se inician con un adulto que busca ese material a través de chicos que contacta mediante la técnica del grooming. Porque los extorsionan para conseguirlo”. Y su compañero David Fuentes señaló que “el acosador puede ser una persona que forme parte de una red de pornografía infantil que vive de ese negocio o alguien que tiene una debilidad por abusar de menores. Pero en la mayoría de los casos que conocemos ha sido por una cuestión de satisfacción personal”. En dos de esas causas los groomers fueron detectados en otro país y otra provincia, el resto de los acosadores fueron localizados dentro de San Luis.    

 

Quiroga Nassivera explicó que “cuando una persona quiere ingresar a la red de pornografía infantil debe compartir cierta cantidad de material, que pueden ser diez fotos y diez videos. Y una vez concretado esto, recién puede acceder al material de los otros integrantes de ese grupo. Pero para continuar hay que volver a conseguir más material y por eso deben mantener el contacto con sus víctimas o sumar otras nuevas”.

 

La ley que penaliza el grooming, sancionada el 13 de noviembre de 2013, establece que la pena será de 6 meses a 4 años como máximo. Y no es mayor porque según explicó la secretaria del Juzgado “lo único que sanciona es el contacto, ya sea mediante mensajes con contenido sexual o por medio de intercambio de fotos y videos, con la finalidad de llegar al abuso. El grooming sería la antesala de ese otro delito. Cuando el acosador se hace del contenido empieza la etapa de la extorsión y las amenazas, porque el menor ya empieza a desconfiar de él. Hay que entender que el groomer va socavando la integridad de su víctima y por eso logra que le cuente detalles íntimos de su vida que después utiliza para amedrentarlo. Y una de esas maniobras es llegar al encuentro físico que de producirse, entonces ya generaría otro delito más grave”. 

 

Los tres coincidieron en que “es importante que los padres, al momento de saber de una situación de acoso, no intenten escracharlo en esas mismas redes sociales porque el efecto que se logra es el contrario y el acosador huye”. Quiroga Nassivera contó que “en una causa donde teníamos todas las pruebas para detenerlo: los mensajes, las fotos y la declaración del menor en Cámara Gessell; el denunciado se enteró porque lo denunciaron públicamente y se fugó. Siempre les pedimos que hagan la denuncia y mantengan las pruebas. Del resto nos encargamos nosotros”. Y reiteró que “todos debemos saber que cuando un mayor comparte un material de contenido sexual con un niño o niña está cometiendo un delito”.

 

Fuentes, que es ingeniero en Telecomunicaciones, opinó que “si bien es un delito que hoy es más común de lo que se piensa, no me gustaría alarmar a la población y hacerle ver fantasmas por todos lados. Siempre existieron los abusadores y violadores, lo que sucede ahora es que cambió la forma de captar a sus víctimas. Hoy es mucho más fácil a través de la tecnología”. En cambio consideró que “se ha vuelto una necesidad extrema la educación y la prevención. Los padres y sus hijos deben saber qué hacer en determinadas situaciones y una de ellas, que es tan vieja como la humanidad, es que no debemos mantener contacto con desconocidos. Hay que llevar las prevenciones de la vida real al uso de la tecnología”.

 

Y Bernal aconsejó: “A los chicos no les decimos que le deben tener miedo a internet, al contrario, tienen que usarlo en su provecho. Pero sí les advertimos que estén atentos porque hay gente que la usa para otra cosa y por eso deben proteger sus identidades y navegar cuidando su privacidad. De la misma manera que se comportan en la vida real”.   

 

Los tres profesionales empezaron a dar charlas a fines del año pasado en las escuelas donde le dan a los alumnos los conceptos sobre qué es el grooming, de qué se trata el delito, quiénes son las víctimas y los groomers (acosadores); además de darles una serie de concejos mediante actividades prácticas que incluye configurar sus teléfonos con altos estándares de seguridad y privacidad.

 

A la Escuela "Lucio Lucero" llegaron porque un grupo de chicas habían recibido mensajes y fotos de parte de un mismo acosador a través de la red social "Instagram" y los propios padres solicitaron ayuda para saber cómo enfrentar ese problema. “Con la captura de pantalla de ese perfil que inicia el contacto se puede hacer la denuncia, por eso es importante que sepan los padres y los chicos que no deben borrar lo que les envían, porque a partir de esa evidencia es que podemos hacer las investigaciones”, indicó Bernal.

 

“Las primeras reuniones fueron con los chicos, pero después organizamos también con sus padres y docentes porque se dieron cuenta de que no tenían el manejo de las herramientas tecnológicas. Y además porque éste es un delito relativamente nuevo y no sabían cómo manejarse ante hechos, como por ejemplo, la recepción de fotos y mensajes sexuales que habían recibido alguno de sus hijos”, contó Quiroga Nassivera.

 

Según comentaron, en cada encuentro alguno de los alumnos decía haber recibido un mensaje o una foto de contenido sexual. Y todos contaron que al menos una vez fueron incorporados a grupos de "Whats App" sin saber por quién y sin conocer a sus integrantes. “En las charlas con los adolescentes nos encontramos con una variedad de actitudes: desde los que no tienen ningún cuidado porque entran en cualquier grupo, tienen miles de contactos en las distintas redes sociales y no utilizan ningún resguardo respecto de su privacidad. Pero también hay muchos que tienen muy claro los aspectos básicos de su privacidad en las redes y si les mandan mensajes no deseados inmediatamente los bloquean”, explicó la secretaria del Juzgado. Y señaló que “en la Escuela 'Bernardino Rivadavia' algunos nenes nos mostraron sus teléfonos donde tenían hasta 40 contactos bloqueados de gente desconocida. Pero lamentablemente menos de la mitad de los chicos con los que hablamos tienen cuidados. A la mayoría todavía les falta levantar las defensas”.

 

Bernal recordó que “una nena de 12 años de la Escuela 'Lucio Lucero' nos contó  que la habían agregado a un grupo sin saber quién lo había hecho. Entonces contó que se tomó el tiempo de mirar uno por uno los perfiles de los integrantes y todos eran adultos. Su reacción fue salirse inmediatamente. Eso nos pareció una muy buena actitud de su parte porque se notó que estaba alerta”. También aclaró que aunque tuvieron acceso a esos materiales, “no podíamos actuar antes de que las familias hicieran las denuncias. De cualquier manera, esto fue muy reciente y todavía estamos a tiempo. Los padres nos plantearon qué debían hacer ante esto y por supuesto que les explicamos todo el procedimiento”.

 

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