Le dieron 14 años de cárcel por violar a su hijastra adolescente

Hasta su última oportunidad, cuando la presidenta del tribunal le preguntó ayer si quería decir algo antes de que pasaran a deliberar para decidir si lo condenaban o no, Javier Antonio Gómez se mantuvo en la versión de que era inocente. Dijo que jamás violó a su hijastra adolescente. Y que la denuncia que hace diez años le hizo la chica, de 15 años entonces, era parte de una campaña de la familia de su mujer para separarlos. Eso fue todo lo que pudo decir para hacer tambalear las sospechas en su contra. Los jueces no le creyeron a él, sino a la víctima, y lo condenaron a catorce años de prisión.

El veredicto que la Cámara del Crimen 1 de San Luis dio ayer a la una de la tarde fijó la pena para el violador en apenas un año menos de lo que, un rato antes, había pedido la fiscal de Cámara, Carolina Monte Riso. Pero mantuvo la calificación legal del caso que había formulado la acusadora: “Abuso sexual con acceso carnal, agravado por su carácter de guardador y por el aprovechamiento de la convivencia preexistente con la víctima”. Los agravantes tienen que ver con el hecho de que Gómez, como padrastro de la adolescente, ejercía la guarda de la menor en conjunto con la madre, y vivía bajo el mismo techo que ella, en un anexo del barrio Eva Perón, de San Luis.

La decisión de los jueces Silvia Aizpeloea, José Luis Flores y Jorge Sabaini Zapata fue unánime. Los camaristas desestimaron el pedido que hizo en su alegado el defensor oficial de Cámara, Víctor Endeiza, de que no estaba probado que Gómez fuera el autor de los abusos, denunciados en 2008. Sobre la base de ese argumento, solicitó que lo absolvieran por el beneficio de la duda.

Ese no fue, en rigor, el único ni el primer planteo del defensor. Primero insistió con lo que ya le había requerido al tribunal en la apertura del juicio: que declarara nulo el proceso contra Gómez. El fundamento que esgrimió en la petición fue que la instancia penal, es decir, la autorización para que el juez actuara, no había sido presentada por la representante legal de la chica o la fiscal de instrucción. Cualquiera de las dos debía hacerlo en nombre de la víctima, que era menor.

Y sin ese requisito, sostuvo Endeiza, la Justicia no estaba autorizada a hacerle la causa penal a Gómez.

Así como insistió el defensor, se mantuvo en su postura la Cámara y desoyó su pretensión. De haberle hecho lugar, el violador hubiera quedado impune y la chica violada se hubiera quedado sin justicia.

La joven abusada, hoy de 24 años, declaró el miércoles en el juicio. Contó, cómo le había narrado a una psicóloga del Poder Judicial en 2010, que su padrastro empezó a violarla cuando tenía 12 o 13 años. Para someterla siempre la golpeaba y amenazaba, relató.

Un examen médico que le hicieron en 2008, ni bien denunció los abusos, demostró que decía la verdad.

La chica dijo que no contó con el apoyo de su madre para denunciar al violador. Quedó demostrado en el juicio, cuando citaron a la mujer dos veces para que declarara, la fueron a buscar y no la encontraron. Ella también fue víctima de violación: la abusó su padrino y tuvo a su primer hijo a los 14 años.

En total, tuvo diecisiete hijos, los últimos, con Gómez. Algunos todavía viven con ella, en condiciones de hacinamiento y promiscuidad. Él ya estaba preso antes del juicio, por robo