Mirta Graciela Becerra dice que tiene un “gran embrollo en la cabeza”. Hace cinco días, vio cómo una ambulancia se llevaba a su nieta Nazarena Molina, que agonizaba. Unas horas después, su hijo Mario Molina, de 22 años, y la mujer de él, Esperanza Alejandra Barzola, quedaron detenidos, imputados por el homicidio de la beba de seis meses. “Son muchas cosas que han pasado en poco tiempo –explicó–. Por un lado, no sabemos si nos van a dar el cuerpo de la beba. Por otro, hay gente que ha hecho daño en mi casa y en la de otros hijos míos, y nosotros no tenemos nada que ver con lo que sucedió. Mario está detenido, y él no le pegaba a la beba. Mi nuera –en referencia a la joven arrestada– es quien se iba dos, tres, cuatro días. Se llevaba a Nazarena y dejaba a su otra hija, Valentina, de un año y medio, y mi hijo le daba de comer, la lavaba, le cambiaba la ropita. Y si él se iba a hacer una changa, yo me ocupaba de ella. Cuando Esperanza estaba acá, le daba igual cómo estuvieran sus hijas, o que los demás se hicieran cargo de ellas. No las atendía, les gritaba, las trataba mal”, aseguró la madre del joven imputado por el homicidio de la criatura.
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