Dos miembros del Superior Tribunal de Justicia declararon ayer como testigos en el segundo juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en San Luis durante la última dictadura militar entre marzo de 1976 y diciembre de 1983. Omar Uría, presidente del cuerpo, y Florencio Rubio, dieron sus testimonios ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal, integrado por los jueces Marcelo Alvero, Héctor Cortés y Oscar Hergott.
"Su cuerpo estaba desnudo sobre una camilla de la morgue, todo ensangrentado. Entre los tres lo lavamos y lo vestimos"
Fueron convocados por el asesinato del abogado y político radical de Villa Mercedes, Dante Bodo, quien fuera ultimado en la puerta de su casa en abril de 1976. Y porque ambos prestaron declaración cuando se sustanció la primera instrucción de este caso en 1984, por parte de la Justicia Federal.
Uría dijo que conoció a la víctima porque “fue Director del Consejo de Educación de la provincia durante la gobernación de Alberto Domeniconi entre 1962-63 y mi madre trabajó con él como inspectora. Sé que era adherente al Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y después militó en la línea interna del radicalismo que lideraba el doctor Oscar Alende”.
Recordó ante las preguntas de la fiscal Mónica Spagnuolo que el 24 de marzo de 1976, Bodo estaba en su casa junto a su madre y su hermano. “Justo esa noche el doctor Alende participaba de un espacio gratuito cedido a los partidos políticos por la televisión y de repente se cortó la transmisión. Acto seguido informaron que se había producido el golpe militar”, dijo.
En esa época Uría se desempeñaba como agente fiscal de la segunda jurisdicción en Villa Mercedes, por eso al día siguiente lo llevó en su auto de regreso a esa ciudad. “A la altura de los tanques de la destilería de YPF, que están sobre la ruta 7, nos detiene una comisión de la Fuerza Aérea y él quedó detenido. Yo seguí hasta Tribunales y apenas llegué le avisé a su hermano, Rodolfo, del incidente. Luego supe que estuvo detenido durante tres días y lo liberaron”.
Ante la consulta del fiscal Cristian Rachid, señaló que “por lo que me contó tiempo después, supe que lo habían tratado bien, que no fue torturado y siempre pensó que esa detención se debió a que en esa época él era asesor del ex gobernador Elías Adre”. Sin embargo, el presidente del máximo Tribunal destacó que “se sentía muy inseguro en esa época e incluso tenían con su familia un sistema de seguridad para recibir visitas o moverse por la ciudad que consistía siempre en llamados telefónicos previos. Hasta llegó a decirme que se sentía más tranquilo si quedaba detenido”.
Uría aclaró que el 30 de marzo de 1976 renunció a su cargo y que se vino a trabajar a San Luis como abogado penalista y que tiempo después recibió una llamada a las tres de la madrugada “no sé si de mi madre o mi hermano” que le informaba de la muerte de Bodo. Comentó que fue con ambos familiares hasta Villa Mercedes a la casa del abogado para el velatorio. “Su esposa nos contó lo que sucedió minutos antes de la llegada de Dante, que escuchó un ruido, salió hasta la ventana que da a la calle y lo vio a su marido salir corriendo mientras le gritaba que no saliera”. Después, la mujer escuchó disparos y más tarde cuando salió vio el cuerpo del abogado tendido en la vereda.
El fiscal Rachid quiso saber si había una comisión policial en la casa cuando él llegó, pero Uría respondió que no. Que la mujer le contó que se lo llevaron a la morgue y que hasta ese momento no le habían dado más novedades. Entonces él se comunicó con la jueza Mezzano, porque era la que estaba de turno, y ella le indicó que podía ir a retirar el cuerpo. “Fuimos con mi hermano y Rodolfo Bodo a buscarlo, nos atendió un empleado y nos llevó hasta el lugar. Su cuerpo estaba desnudo sobre una camilla, todo ensangrentado. Entre los tres lo lavamos y lo vestimos para que la casa fúnebre lo retirara”, relató.
El fiscal volvió a consultarlo sobre la cantidad de disparos que acusaba el cuerpo y el presidente del Tribunal Superior fue precisó: “Tenía un solo orificio de bala con entrada por la mitad de la columna vertebral y de salida a la altura del estómago, por lo que deduzco que le dispararon por la espalda y él estaba agachado o arrodillado al momento del hecho”. Y también comentó que el hermano de la víctima le mostró la cápsula de la bala que encontró en el lugar donde le dispararon y era de un calibre FAL. Y explicó que cuando Rodolfo asumió como diputado nacional le comentó que había investigado por su cuenta y sabía quién lo mató. Pero que nunca le reveló sus nombres ni tampoco hizo la denuncia.


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