Villa Mercedes amaneció sin colectivos de línea. Aquellos que debieron llegar al trabajo o a la escuela fueron precavidos y optaron por otras vías alternativas de transporte, porque el paro nacional tuvo el cien por ciento de acatamiento de los choferes de la empresa Travelsur. Sin embargo, aquellos que trasladan los obreros y estudiantes prestaron servicios normalmente.
En las escuelas, algunos estudiantes de los años superiores no pudieron ir al no tener transporte.
El cronograma de emergencia, que obligadamente presentó la consignataria a la Subsecretaría de Transporte del Gobierno municipal, no pudo llevarse a cabo ayer, debido a que los setenta y siete choferes de la firma apoyaron la medida de fuerza y “no había conductores para manejar los micros. La adhesión es del cien por cien”, explicó Adrián Lucero, delegado de Travelsur.
Los empleados administrativos, en cambio, desempeñaron las tareas durante el día para poder realizar los trámites de emisión de tarjetas o de abonos estudiantiles.
Los conductores de los escolares y los que llevan a los empleados de fábrica circularon por la ciudad, “porque no son afiliados a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), son monotributistas, trabajan por su cuenta, así que trabajaron normalmente”, contó Lucero. Esto ayudó a que algunos de los estudiantes tuvieran un medio en el cual trasladarse hasta los establecimientos educativos.
El panorama en las escuelas demostró que sólo una minoría de docentes decidió ausentarse como signo de adhesión al paro nacional de la CGT.
En los colegios privados, el delegado de SADOP, el gremio que los nuclea, Miguel Melo, comunicó que “le dijimos a los colegas que todo aquel que quisiera parar estaba en su legítimo derecho y amparado por la ley. Esta mañana (por ayer) recorrí los colegios y hubo más ausencia de alumnos, por no contar con los medios (de transporte) para ir al colegio, que de los propios trabajadores”.
Donde más notó la escasa concurrencia fue en las divisiones más avanzadas del secundario, en quinto y sexto año, que al ser más independientes suelen concurrir en los micros urbanos, mientras que en el nivel primario sucedió lo opuesto, hubo más presentismo porque generalmente los llevan los papás en auto.
Algunas de las estaciones de servicio céntricas comenzaron la jornada sin atención en los surtidores, pero al mediodía comenzaron con la venta de nafta y GNC, aunque manifestaron que tuvieron poca clientela durante la mañana.
La tarea de los remises y taxis locales quedó sujeta a la venta del combustible. Varios tacheros manifestaron la misma experiencia que los playeros, y confirmaron que trabajaron “como cualquier otro día, sin gran cantidad de pasajeros”.
La actividad comercial no sufrió alteraciones, y los comercios y bares del casco céntrico estuvieron abiertos al público. La excepción fueron unas pocas oficinas privadas. Las entidades bancarias también abrieron sus puertas durante el horario habitual.
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