El ministro del Campo y presidente de San Luis Agua, Felipe Tomasevich, adelantó que el Gobierno girará todas las actuaciones administrativas a Fiscalía de Estado para que determine si la Intendencia de El Trapiche ha cometido delito por contaminar un arroyo y el dique La Florida con los líquidos cloacales que pasan directamente sin ningún tratamiento, tal como lo constató El Diario.
Según Tomasevich, la investigación será derivada al área que conduce Ricardo Endeiza porque la desidia en las piletas de oxidación de la planta de La Florida, que acumulan cinco meses sin funcionamiento, pone en juego la salud de la población de esa localidad, de El Trapiche, Río Grande y también de los turistas.
Sin embargo, negó que el pase de la documentación a Fiscalía signifique el abandono de la vía administrativa. La ministra de Medio Ambiente, Daiana Hissa, le anticipó a este matutino que si el Municipio no soluciona los problemas de la planta de efluentes recibirá una sanción dineraria que “va entre 500 y 700 mil litros de combustible de mayor octanaje sin plomo”, equivalente a la nafta premium, que en YPF hasta ayer tenía un valor de 12,13 pesos por litro. Para que eso ocurra, deben vencerse los 60 días de plazo a la última intimación que empezó a correr el jueves 3 de abril.
No es la primera vez que el Ejecutivo constató el vertido ilegal de aguas servidas al dique La Florida, que también abastece a las plantas potabilizadoras de San Luis, La Punta y Juana Koslay. Ya lo había hecho en una inspección nocturna el 12 de diciembre del año pasado. Eso obligó al labrado de un acta de inspección y convocar a una reunión a la intendente comisionada, Gabriela Ciccarone, en la que Hissa y el ministro de Gobierno, Eduardo D’Onofrio, le solicitaron el cese inmediato de la acción contaminante y que tomara medidas precautorias en caso de roturas de las bombas.
Pero ni el acta ni el pedido verbal lograron cambiar la actitud del comisionado municipal. Nuevas inspecciones realizadas entre enero y marzo volvieron a constatar el escaso o nulo mantenimiento del sistema cloacal de la localidad, llaves oxidadas o anuladas, tapas de cámaras rotas o ausentes, puertas de cerramiento perimetral sin candado, pastos altos y malezas tapando las instalaciones. También comprobaron la falta de operatividad y el estado de abandono de la planta de tratamiento final de efluentes porque no tenía personal ni ningún sistema eléctrico funcionando. Además, notaron la falta de cuatro aireadores o “helicópteros” que sí habían sido observados en inspecciones de un año antes. “Los motivos de la ausencia de estos equipos aún se desconoce”, reza un informe de Hissa.
La semana pasada un equipo de El Diario recorrió las instalaciones de las lagunas de oxidación y verificó que está literalmente fuera de servicio porque no contienen los líquidos que reciben: tal como llegan pasan a una vertiente.


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