Sufrió demasiado y sobre el final festejó. Juventud empataba 1-1 frente a Tiro Federal de Rosario, pero en el último minuto de juego apareció Matías Garrido y le dio la victoria al equipo de San Luis.
El conjunto puntano no mostró su mejor versión, pero un golpe de suerte le dio a los dirigidos por Darío Tempesta, algo más que tres puntos: confianza, fe y gol para sacarse la mufa de encima y volver a creer con terminar entre los de arriba.
El auriazul arrancó impreciso. Si bien el campo de juego no estaba en óptimas condiciones (las interminables lluvias deterioraron el centro de la cancha) ni por afuera ni por adentro logró llevar peligro al arco que defendió Diego Galaternik.
A pesar de tener tres delanteros en cancha, (Emmanuel Reinoso, Martín Blanco y Marcelo Bergese) recién a los 20’ el local se terminó de asentar en el campo, se hizo dueño de la pelota y comenzó a generar opciones.
¿Y el gol? Fue a los 26’ cuando tras un centro de Bergese, Marcos Cabrera apareció en lo alto, le cambió la trayectoria al balón y cuando la redonda dudaba por entrar o salir, Reinoso (volvió tras la fecha de suspensión) aseguró el tanto. 1-0 y tranquilidad auriazul.
Si bien la visita reaccionó con tiros de media distancia y centros peligrosos al corazón del área, Ariel Barth y Marcos Cabrera formaron una dupla imparable en la zaga central y detrás de ellos siempre estuvo la seguridad de Laureano Tombolini.
En el complemento Tiro Federal salió decidido a buscar al empate y aunque Juventud no se metió atrás, poco a poco el equipo de Rosario logró llevar peligro al área rival. Milton Zárate avisó de su gran pegada a los 12’ cuando con un disparo de media distancia exigió a Tombolini y 10’ más tarde mostró su talento: en un tiro libre desde más de 20 metros, mandó la pelota por encima de la barrera y la colocó en el ángulo derecho del uno local que nada pudo hacer para evitar el empate.
A partir de ahí el auriazul salió con garra y corazón a buscar el empate. Sin los tres delanteros titulares en cancha (Blanco salió por Landa Garza, Bergese por Castellano y Reinoso por Willians Peralta) Matías Garrido se puso el equipo al hombro y tras intentar en varias oportunidades sobre el minuto final tuvo su premio.
Fue a los 48’ (en los tres de adicionado) cuando entró por el costado izquierdo, levantó la cabeza y mandó la redonda lejos de Galaternik, que nada pudo hacer para evitar el festejo local.
Garrido desató la locura en el Mario Sebastián Diez y le dio a Juventud tres puntos vitales que alimentan la confianza y que saca al equipo de Tempesta del fondo de la tabla.


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