Denunciaron a la regente de una escuela de San Luis por maltrato

La regente negó la acusación y dijo que tiene testigos de que no maltrató a la nena.

Una botella de gaseosa fue el detonante de una tarde para el olvido que vivieron una niña de 9 años que cursa cuarto grado en la "Paula Domínguez de Bazán", su familia y hasta los directivos del colegio. La jornada terminó con una denuncia del padre de la alumna en la Comisaría Primera, en la que aseguró que la regente del nivel primario, Lilian Wanzo, maltrató a su hija y la tomó muy fuerte del brazo, cuando la encontró comprando la bebida en el kiosco de la escuela. La autoridad del centro educativo dialogó con El Diario y negó las acusaciones en su contra, aunque la directora del establecimiento dijo que la nena le había contado lo mismo que notificaron los padres en la Policía.

Según la denuncia del padre, que pidió no revelar su identidad para proteger a su hija, todo comenzó el martes a las 16, cuando la maestra llamó al celular de su esposa para pedirle que fueran a la escuela porque la niña había tenido un problema. El hombre se trasladó hasta la puerta del curso y la encontró llorando. Y, por consejo de la docente, se fue con la nena a otra aula para hablar a solas.

La pequeña le contó que había ido al kiosco a buscar una gaseosa y la regente la sacó del local, agarrándola del brazo derecho y la llevó a su oficina, donde una asistente le tomó una fotografía a la botella que tenía en la mano. Después la condujo hasta la cooperadora. Como estaba muy nerviosa, el kiosquero la acompañó hasta la dirección. Ahí le relató todo lo que había pasado a Emilia Caporale, la responsable máxima de la escuela, y luego la acompañaron de vuelta al curso.

En la acusación policial, el tutor de la niña aseguró que habló con la directora sobre lo que había pasado con su hija y Caporale le ofreció llamar a una ambulancia. Unos minutos después, una doctora le aplicó spray desinflamatorio en el brazo que le dolía.

El comisario Carlos Villegas, jefe de la Comisaría Primera de San Luis, explicó que la denuncia fue calificada como lesiones, por lo que intervendrá el Juzgado Correccional a cargo de Marcelo Bustamante y le pidieron al padre que lleve a la niña hasta la Jefatura para que la revise el médico policial. Con el informe del especialista, van a citar a la regente para que declare.

La directora de la Normal de Niñas contó lo mismo que la chica le había relatado al padre el martes a la tarde. Pero sumó un dato más: la regente reprendió a la nena porque compró en el buffet y no en el puesto que tiene la cooperadora mientras que Wanzo aseguró que no hubo ningún maltrato y que tiene testigos de que sólo les señaló a las mujeres que integran la comisión de padres, que el local  vende alimentos que no están permitidos por la Ley Provincial de Kioscos Saludables. Incluso destacó que tiene testigos de la situación.

Pero las autoridades hablaron con El Diario ayer en momentos distintos. Caporale lo hizo a la mañana y Wanzo por la tarde, aunque antes de dialogar con este matutino, la regente llamó a los padres de la alumna para preguntarles cómo se había filtrado la información sobre el incidente y si era cierto que la habían denunciado. Aunque la charla se transformó en un teléfono descompuesto, obligó a que la familia de la niña se acercara hasta la escuela y participara de una improvisada reunión con Caporale, Wanzo y un periodista de este medio. Los tutores querían aclarar que no habían difundido la noticia del incidente, porque preferían resolverlo por la vía legal y preservar a su hija.

En la comunicación telefónica con la responsable del primario, la mamá de la nena entendió que la regente los acusaba de alertar al diario sobre lo ocurrido el día anterior. La mujer lo negó y Wanzo dio por sentado que desmentía la denuncia policial. Personalmente y en pocas palabras, los padres disiparon todas las confusiones, aseguraron que creían la versión de la niña y que esperaban la resolución del conflicto en la Justicia. Pero la charla dejó expuesta una disputa interna entre las dos autoridades del colegio. No lograron ponerse de acuerdo ni brindar una única respuesta a los tutores, que pasaron gran parte de la reunión sin entender por qué los habían llamado de nuevo ni qué discutían los directivos.