Por el partido de ida de la semifinal del Torneo Argentino A, Juventud superó 2-1 a la CAI de Comodoro Rivadavia en un repleto "Mario Sebastián Diez" y se metió media clasificación en el bolsillo.
La gente entendió el mensaje, llenó las gradas y le bajó su sueño a los jugadores: “Para ser campeón hoy hay que ganar”. Y el auriazul hizo eso; ganó, gustó y no goleó porque el fútbol tiene esas cosas que lo convierten por momentos, en el deporte más imprevisible de todos.
A jugar: el primer tiempo arrancó con dos equipos muy parejos. Por un lado el local, quien intentó con Patricio Landa Garza como abanderado por el medio de la cancha y con Juan Aguirre y Matías Garrido por los costados, llevar la pelota hacia sus delanteros.
Arriba, Emmanuel Reinoso, algo incómodo por la asfixiante marca de Fabio Pereyra y Nelson Seguel, retrocedió muchas veces en búsqueda de “pivotear” la pelota hacia Willian Peralta, quien jugó un gran partido y en el complemento tuvo su premio.
La visita no mostró su mejor libreto. Jorge Piñeiro Da Silva y Mauro Villegas jugaron muy lejos del área que defendió Laureano Tombolini gracias a la gran marca de Marcelo Castellano, Ariel Barth y Gabriel Ojeda, y por eso Elvio Martínez, uno de los mejores jugadores de la categoría, nunca encontró un buen socio en ataque.
A los 17 llegó la primera opción de Juventud: el uruguayo Peralta tomó la pelota dentro del área y gracias a una media vuelta logró quedar de cara al arco y remató. Pero, su débil disparo no generó ningún inconveniente en Mauro Leguiza (el 1 visitante) quien logró detener sin problemas el balón.
En la primera mitad, el auriazul sólo pescó en las pelotas paradas ya que no supo sacar provecho de ellas, ni en un tiro libre que ejecutó pasado Petalta, ni en los dos córners que tuvo dentro de los primeros 45 minutos.
A los 22’ probó por primera vez Marcelo Castellano de media distancia y si bien la pelota se fue apenas arriba del travesaño, el cinco de gran partido, se ganó los primeros aplausos de su gente.
A los 30’ Vitale llegó hasta la última línea, se sacó un defensor de encima, entró al área y mandó un centro bajo que se perdió sobre la otra línea del lateral, ya que cuando la pelota pasó por enfrente del arco, nadie llegó para cambiarle el rumbo.
De tanto intentar llegó el primero. Fue a los 40’ cuando tras una contra de un córner, “Pini” Aguirre manejó con velocidad la pelota por el costado derecho, la cambió de lado para Garrido, el volante remató potente y cuando el arquero dio un rebote corto, apareció Patricio Landa Garza, quien estaba donde tenía que estar, y abrió el marcador.
En el complemento, ni Darío Tempesta ni Andrés Rebottaro movieron las piezas por eso se dio un partido similar al del primer tiempo con Juventud como principal protagonista y con la CAI, a la espera de una contra.
A los 18' llegó una nueva mala noticia para la visita. Nelson Seguel vio la segunda amarilla y se fue a las duchas antes de tiempo, y como si eso no bastara, de esa falta que cometió el defensor apareció el segundo grito de gol. Fue cuando Garrido “empaló” la pelota por arriba de la defensa y el uruguayo Peralta de media vuelta mandó la pelota a la red: 2-0 y delirio de todos los hinchas.
Juventud si bien cambió algunos nombres no cambió el libreto y siguió moviendo la redonda en búsqueda del tercero. La visita, con un hombre menos, apostó, con más corazón que buen fútbol, a conseguir el descuento, algo que logró en el último minuto de juego cuando Marcos Ruiz, luego de un córner, tomó la pelota que envió al área Elvio Martínez y dejó las cosas 2-1.
Ya no hubo tiempo para mucho más. Juventud que tenía todo para ganar 3-0 terminó 2-1 arriba. Ahora el jueves enfrentará el partido de vuelta a más de 2.000 kilómetros de San Luis, con la tranquilidad de saber que si gana o empata pasa, pero siempre sabiendo que un solo gol del equipo del sur, lo dejaría afuera del sueño de ascenso. Todavía restan 90 minutos y el sueño de ascenso está latente.


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