“Le dije al Cristo que bautizaba a mi hija acá para curarla y cumplió”

A Nazarena, de un año y cinco meses, cuando nació no se le desarrolló el lagrimal, y eso causaba problemas en la nena hasta que su padre Claudio Méndez, de 38 años, realizó una promesa y el Cristo de la Quebrada se la cumplió. Lo tomó como un milagro y ahora  retornó para agradecer el pedido.

"Este milagro atrajo a más familiares. Ellos nos aseguraron que van a empezar a venir todos los años”

“No importa si ella dormía media hora o dos horas, sus ojos se le llenaban de una costra verde a la que debían limpiarla con té. Entonces el doctor me dijo que si en dos meses seguía así, había que operarla. Hace años que vengo acá, entonces le pedí al Cristo que la bautizaba en esta capilla, si me la curaba, y cumplió. Fue increíble. La bautizamos, la llevamos a la carpa donde parábamos, y desde ese momento cada vez que se duerme, ya no se le forma más esa costra”, comentó Claudio que recordó el día, el 1º de mayo de 2013. Su familia vive en Luján, Mendoza.

Su primera asistencia en la fiesta religiosa de Villa de la Quebrada, hace siete años, fue motivada por su suegro que es un infaltable hace 40 años. 

“Mirá que siempre hemos pedido cosas chicas, pero esto fue grandioso, no había otra solución que la operación”, sostuvo el hombre bajo la atenta mirada de su mujer y de Nazarena, que inquieta no quería un  alfajor, sino juguetear con el grabador de periodista y el trípode del fotógrafo de El Diario.

“Esto me emocionó. Hay personas que creen mucho y otras nada,  pero cuando vivís estas cosas empezás a sentir más la fe”, dijo contento. Claudio se consideró un “creyente no acérrimo”,  aunque este milagro lo empujó a ser más considerado.

Por primera vez Claudio prometió, junto a su hija Nazarena, realizar el Vía Crucis. “Esta maravilla atrajo a más familiares y ellos nos  aseguraron que van a empezar a venir todos los años”, explicó Claudio. Como souvenirs siempre se llevan los pañuelos utilizados en las procesiones. Durante siete días, la familia Méndez volcará su espíritu al agradecimiento y permanecerán hasta mañana en una casa ubicada frente a la biblioteca.