Ordenaron la captura de otro imputado por el asesinato de la mujer en el Barrio Ignacio Vidal

Los informantes de la Policía dicen que el martes a la tarde, apenas unas horas después del asesinato de Angélica Araneda, “el Mono” Allende andaba armado, en compañía de otro joven, ofreciendo unos celulares y computadoras “que habían sacado de un rancho en el que se les había ido la mano”.

Cristian Walter Allende zafó de una acusación por homicidio. Lo benefició la duda cuando lo juzgaron por el asesinato de un vecino del barrio Eva Perón, Ramón Eusebio Gilaver.

Ese dato orientó las averiguaciones de la división Homicidios hacia él. Y después sumaron otras pruebas que justifican la decisión tomada ayer por la jueza Penal Nº 3, Virginia Palacios, de ordenar su captura.

El nombre completo de “El Mono” es Cristian Walter Allende. Se fue de San Luis el martes a la noche y estaría en San Juan, donde nació hace 28 años. Allá lo sorprendió la Policía hace ocho años, después de haberse fugado de la capital puntana por otro asesinato.

El último domicilio que tiene registrado es en la casa 18 de la manzana 34, en el anexo 3 del barrio Eva Perón. Pero no está allí. La Policía no lo encontró cuando allanó su vivienda, la de su abuela, ubicada al lado, y una en la que suele pasar las noches y que, según los investigadores, es usada como “aguantadero” para ocultar objetos robados.

Aunque no dieron con él, hallaron una prueba valiosa. En lo de su abuela encontraron una moto Motomel 110 roja que luego una testigo del asalto reconoció como el vehículo en el que había escapado uno de los ladrones de la casa de Araneda, en el barrio Ignacio Vidal.

La vivienda de la esquina de San Francisco y Tilisarao fue copada por tres delincuentes el martes alrededor de las nueve. Amenazaron con armas a Angélica y sus dos hijos, una chica de 18 años y un nene de 11. Los reunieron en el dormitorio matrimonial después de apoderarse de una caja de seguridad con quince mil pesos, tres celulares y computadoras.

Cuando ya se iban, uno le disparó por la espalda a la mujer, que estaba tendida boca abajo en la cama, protegiendo a sus hijos. El disparo le afectó los dos pulmones y el corazón. Murió desangrada instantes después.

Una vecina vio salir a los ladrones. Dos fueron a pie hasta la calle Paso de la Patria, donde doblaron hacia el oeste. Cree que uno llevaba en los brazos, tapándola con su campera, una caja plateada.

Segundos después vio que de la casa de sus vecinos salía un tercer desconocido. Este no iba a pie, sino en moto. El conductor giró en “U” frente a la casa y tomó por San Francisco hacia el norte.

La testigo le dijo esa mañana a la Policía que había notado que al vehículo le faltaba un plástico en la parte delantera. Al rodado de Allende le faltan dos piezas del carenado.

“El Mono” es el segundo imputado por el asalto mortal, después de Andrés Reinaldo “el Bibi” Rojas, del anexo 2 del Eva Perón.

Según un informe de Homicidios a la jueza, el martes “el Mono” y “el Bibi” dejaron el Ford Ka gris de Rojas en un taller para que le repararan el embrague.

Ayer, mientras “el Bibi” declaraba ante Palacios, su esposa Yanina aseguró que Andrés no es amigo de “el Mono” y que no participó en el robo a mano armada.