El 65% de los edificios del centro tiene locales en planta baja

El centro puntano va cambiando su fachada y cada vez está más parecido al de otras ciudades del país. Y es que los edificios de la capital no escaparon a la tendencia de utilizar la planta baja para habilitar locales comerciales y extender los espacios de compras más allá de la peatonal o las calles más concurridas. El Diario realizó un relevamiento por 20 arterias de San Luis comprendidas entre el cuadrado que forman Caseros, 9 de Julio, Ituzaingó y Tomás Jofré y registró que el 65% de las construcciones de ese sector tienen negocios de diferentes rubros, oficinas y consultorios debajo de los departamentos. De esa cantidad, casi el 80% están alquilados.

De los edificios que están en construcción en la zona, la mitad tiene comercios abajo.

El tramo relevado cuenta con 123 edificios, de los cuales 81 tienen negocios. Si bien todos los accesos cuentan con al menos uno, los más poblados son Colón con 12, San Martín y Pedernera con 9, General Paz y Rivadavia con 8 y Pringles con 6; mientras que las calles que menos se plegaron a la realización de torres con tiendas son Caseros, que tiene dos obras de ese tipo, y Ayacucho e Yrigoyen, que poseen solamente una.

Entre las construcciones, hay algunas que forman parte del paisaje del centro hace varios años, como la que está en la esquina de Pringles y General Paz y tiene una bicicletería al lado del ingreso a los departamentos. Y otras se sumaron en el último tiempo. Las dos torres ubicadas en el Paseo del Padre que tienen bares abajo, dos que están en la Mitre y cuentan con un kiosco y una casa de ropa y el espacio que ocupan las oficinas de una empresa de telefonía celular en Belgrano y Colón son algunos ejemplos.

“San Luis se ha caracterizado por ser una provincia muy clásica. Cuando se empiezan a ver cosas nuevas, por un lado le da una opción comercial más a la gente y por el otro, es una muestra de que la ciudad está cambiando y eso lleva a modificar la mentalidad de las personas”, dijo Guillermo Miranda, dueño de la inmobiliaria que lleva su nombre. Héctor Maza, gerente de Organización Global, comentó que la modalidad comenzó en zonas de más movimiento y se fue extendiendo por el resto del centro. Y agregó que su empresa tiene varios comercios alquilados en la planta baja.

Además, los edificios que actualmente están en obra redoblan la apuesta a los locales.

En el recorrido por el sector, este medio registró seis torres en construcción y la mitad tendrá comercios, de acuerdo al diseño que mostraban los carteles. Pero podrían ser más, ya que dos de los tres restantes, no contaban con una imagen que mostrara cómo quedarán.

“La mayoría de las veces, los mismos inversores vienen con la idea de hacer comercios abajo”, afirmó Juan Carlos Martí, propietario de la empresa constructora El Obrador, quien explicó que es una tendencia a nivel mundial y que responde a una conveniencia económica: “Es mucho más rentable porque sacás mayor alquiler sobre menor costo”. Lo mismo aseguró Gabriel Gutiérrez, jefe de obra de Rovella Carranza, quien destacó que los locales son más económicos de realizar, porque en general no tienen divisiones, balcones ni placares y cuentan con un baño y una cocina, pero más pequeñas y con menos detalles que una casa. Y añadió que la compañía en la que trabaja haciendo una torre sobre avenida Perón, que contará con un negocio de unos 350 metros cuadrados, tiene previsto instalar un restaurant.

Según Gutiérrez, otra razón para colocar negocios en la planta baja es evitar que los departamentos estén cerca de la vereda.  “No tiene una buena vida la persona que se instala ahí, porque tiene muy cerca el movimiento de la calle y los ruidos”, dijo.

Las inmobiliarias consultadas tienen posturas distintas sobre la demanda de este tipo de comercios. Maza afirmó que los vendedores no ponen condiciones a la hora de montar su negocio debajo de un edificio. Pero Alberto Rodríguez, gerente de Hábitat, comentó que algunos locales tardan en alquilarse porque están un poco alejados del microcentro o terminan ocupándose como oficinas.

Para William Demo, de la inmobiliaria homónima, la zona en la que se sitúa el edificio también determina el tipo de comercio que tendrá en la planta baja y cuánto demore en ocuparse. En el sector relevado, hay 17 espacios que no están alquilados, distribuidos en diferentes calles. Aunque existen construcciones que tienen más de uno vacío.

“Es una opción nueva, entonces la gente duda de si quedarse o no. Pero algunos que quieren tener un equilibrio en el valor del comercio, se la juegan”, dijo Miranda, quien destacó que los que están ubicados a varias cuadras de la peatonal o de las arterias de más circulación, tienen precios más bajos de alquiler. Y añadió: “Yo creo que a la larga esta tendencia va a funcionar. Es algo cultural, la gente tiene que acostumbrarse a que hay buenas opciones comerciales no sólo en pleno centro”.