Peligra el abastecimiento de sal porque sigue el paro en Dos Anclas

Los trabajadores de las Salinas del Bebedero cumplieron ayer doce días sin ingresar a la planta de sal Dos Anclas, en apoyo a la decisión gremial de la Unión Obrera Salinera Argentina (UOSA) de parar hasta que haya un acuerdo salarial con la Federación Argentina de los Productores e Industrializadores de Sal, acorde a lo que consideran “un básico justo”. Además en el sector obrero dijeron que peligra la cobertura de la demanda fabril.
“Nosotros pedimos un básico de 6.300 pesos. En San Luis y lo que es Macachín, en La Pampa, producimos y abastecemos sobre todo a las grandes industrias, así que éstas se pueden ver afectadas. Esta noche (por ayer) nos vamos a reunir para ver cómo seguimos", afirmó Adrián Rosales, integrante de la comisión de la UOSA en Salinas del Bebedero. A granel salen de veinte a treinta camiones por día, que proveen a las firmas de ciudades cercanas, como Río Cuarto y Río Tercero. Pero los empleados aseguraron que ellos son los principales perjudicados, ya que los días de huelga les serán descontados.
“La última oferta salarial que recibimos fue de un 35 por ciento y un 3 por ciento anual no remunerativo, que al trabajador no le sirve. Continuamos pidiendo el 40 por ciento, no es que sea una cifra abultada, es que los sueldos del salitrero son bajos. Siguen teniendo un básico de 4.500 pesos y menos el 17 por ciento de descuentos les quedan unos 3.800 pesos de bolsillo”, manifestó el secretario gremial de la UOSA, Segundo Quiroga, quien acusó a la Federación Argentina de los Productores e Industrializadores de Sal de engañar a los trabajadores al no ofrecerles ninguna solución razonable durante los quince días de conciliación obligatoria que dictó el Ministerio de Trabajo de la Nación. Respecto del desabastecimiento, Quiroga dijo que es de esperarse que al estar todas las plantas sin actividades mermen los camiones, que salen de los depósitos de San Luis y La Pampa cargados con la mercadería. En las instalaciones de Salinas del Bebedero, los trabajadores explicaron que los galpones están vacíos y que a principios de año la empresa hizo “una parada” de rutina, para el mantenimiento de las máquinas, que duró quince días. Lo que ya ocasionó una merma en la manufactura. “El año pasado más o menos en esta fecha tuvimos un acuerdo salarial por seis meses, y nos pagaron el aumento en dos veces”, recordaron. La medida es pacífica y los empleados asisten a sus puestos pero se dedican a tareas gremiales, como la entrega de folletos en la plaza Pringles.
Los turnos que cubren los ciento veinte obreros de Dos Anclas son de 6 a 15 y de 15 a 23:30, de lunes a viernes. La mayoría de ellos provienen de la ciudad capital y van hasta las lagunas de la localidad en el transporte que les provee la compañía. Por mes trabajan alrededor de ciento sesenta horas laborales, que tienen un valor promedio de 23,75 pesos, para quienes perciben el salario de bolsillo y sin antigüedad.
El tesorero del gremio, Gerardo Chaab, señaló que antes del paro de actividades contaban con una gran demanda de sal y que “lo que se fabricaba salía todo a la venta. En la planta es poco lo que queda, así que probablemente en producción llegue a notarse el faltante”. Además del consumo humano, el cloruro de sodio es la materia prima de grandes demandantes, como las firmas Pagrun Samica, una sulfatera ubicada en Guatraché (La Pampa), e Iupac, una petroquímica que se encuentra en la provincia de Río Negro y fabrica jabones a partir del mineral. Chaab indicó: “No todo tiene que ver con el ámbito alimenticio. Antes se solían vender las piedras de sal para alimento de los animales, pero acá por lo menos las máquinas que producían esos bloques están paradas hace dos años, no sé si porque no les convenía producir o es que no hay grandes pedidos”.
Lo que el 18 de junio sería una medida de fuerza por setenta y dos horas se convirtió en un paro de actividades indefinido. Después de que fracasaran las paritarias y la conciliación, las opciones se agotaron y en la UOSA dijeron que el Ministerio ya no puede dictar una prórroga. Tras dejar pasar casi dos semanas desde la negociación fallida “la posibilidad de continuidad obligatoria no existe”, contó Quiroga.
Los más de mil afiliados que tiene el sindicato en todo el país acatan la medida de fuerza. Chaab indicó que son las pequeñas empresas salitreras las que tienen la intención de llegar a pagar el porcentaje pedido, pero las más grandes, como Dos Anclas y la Compañía Productora Timbó (que produce la marca Celusal) aún se muestran reacias a hacerlo.