Tramo final de las vacaciones invernales y en esta semana una buena opción es recorrer los caminos de la historia paleontológica.
Ante el primer paso en el salón de exhibición de dinosaurios de “Saurópolis”, la primera impresión infantil es “wow” con la cara de asombro y la boca bien abierta, ya que los niños son los primeros en ingresar en este mundo de fantasía y el lugar es como la puerta de la máquina del tiempo que nos llevó a la Prehistoria.
Es una selva ahí, con sonidos de aves cantoras y rugidos monstruosos, los anfitriones son los primeros dinosaurios encontrados en Cuyo.
A pesar de la notoriedad que causan los dinosaurios,"Sinapsis" es la primera empresa en realizar una muestra interactiva sobre ellos.
“Queremos mantener una estética que unifique la imagen de la muestra”, aclaró Martín Fernández Macri, uno de los socios de “Sinapsis” junto a Pablo Bianchi y Yemina Masiero, al señalar los telones y telas en los muros, símil comic.
Lo que les llevó un arduo trabajo y sacrificio en los detalles. “Ahora nos damos cuenta porqué nadie lo hizo antes”, dijo riendo sobre su primer proyecto como empresa.
Apenas llegar al hotel Arenas se ve desde afuera a la atracción principal, como un faro hacia la exhibición, en el lago del parque está la réplica de 12 metros del Plesosaurio “Nahuelito”, quien se da un chapuzón mientras los patos, antiguos inquilinos del charco, mantienen una prudencial distancia desde la orilla.
Un dato interesante es que desde la galería del salón, hay un acrílico con info del monstruo marino, pegada al vidrio como una pantalla gigante, sin salir al parque.
En este proyecto trabajaron 30 personas y todos son profesionales en su área, diseñadores, escultores y hasta músicos con sintetizadores que recrearon los diferentes sonidos utilizados. “No se bajó nada de internet: es todo material original” recalcó Fernández Macri, en un recorrido como guía oficial del evento.
Los científicos guían y explican sin ningún tipo de molestia ante las consultas o la explicación de los juegos a los pequeños exploradores o excavadores que rastrean en busca de fósiles.
Hay rompecabezas sencillos y otros de tamaño natural para equipos, juegos interactivos, y en una habitación con luz negra los más chicos pintan con colores flúo y después ríen ante sus brillantes creaciones, otros se prestan a que les pinten la cara con motivos de reptiles.
Detrás de un telón asoma peligrosamente un T-Rex y a pesar de las cintas que avisan del peligro los más intrépidos se acercan para verlo.
El chiste es que aparece de golpe y ante el sobresalto inicial, hay que burlarse del que gritó al costado. En un momento, el terrorífico saurio salió de golpe y una nena lloró, otro niño rió, y un padre más asustado que su aventurero hijo le pidió que se aleje de ahí.
Un chico se metió al backstage a curiosear y lo corren rápido, para que no se pierda la magia.
Nadie pierde la oportunidad de registrar cada momento en su celular o cámara digital.
Todas las réplicas se pueden tocar y también hay representaciones que se observan a través de una pantalla.
Hay una opción de utilizar la tecnología y reconocer a los distintos habitantes de la muestra a través de una tablet o un smart-phone sentado cómodo en un living.
Causan ternura unos pequeños dinos bebés asomando de huevos partidos y otros en custodia de profesionales, que son mostrados al público con cuidado, ya que ‘Rexy’ se comió algunos dedos y orejas de curiosos que se acercaron demasiado en la ronda de presentación.
“Está dentro de tu mano”, avisó un bocón y casi liga coscorrón por jetón, que no arruine la fantasía. Muchos ríen ante los que corren asustados por las arremetidas de los reptiles cazadores pero nadie teme sacarse una foto.
Cada investigador juega con los chicos y cada tanto tira data científica, un conocimiento que es asimilado jugando. Picardía nerd.
Si el clima está de buen humor, en el jardín hotelero hay muchos que aprovecharán la tarde mateando o jugando al futbol, pero están tan copados los chicos con la muestra que debe ser la primera vez que un pelotero está vacío.
La entrada cuesta 40 pesos, y la muestra continúa diariamente hasta el viernes 25 de julio en el hotel Arenas de La Punta, de 16 a 22.
Una voz en off relata lo que hay dentro y da indicaciones, en una de ellas avisa que no le den de comer a las bestias. ¡En “Saurópolis” los dinosaurios están vivos!


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