No son sólo las lesiones físicas, sino la crisis emocional que le provocó el ataque, lo que le impide a una anciana de 76 años hablar y revelar quién la atacó en su casa el fin de semana. Fue golpeada y violada, según constató un médico, por una persona que accedió a su domicilio de la calle Almirante Brown sin ejercer violencia en la entrada.
La anciana no tenía hijos y al parecer no recibía visitas frecuentes de parientes o amigos.
Ahora la víctima –de la que este medio va a preservar la identidad– está internada en terapia intensiva en el sanatorio Ramos Mejía. Fue derivada desde el Hospital San Luis, donde recibió los primeros auxilios.
Los oficiales de la Comisaría 6ª que investigan el caso han desplegado averiguaciones en distintas direcciones. Pero ruegan que la mujer agredida se recupere y pueda darles su testimonio, porque piensan que podría orientarlos bastante hacia el atacante.
Los investigadores tratan de determinar si la jubilada, que vivía sola en su casa, aunque alquilaba una habitación en la misma propiedad a un inquilino, fue atacada durante un intento de robo.
“No se percibe demasiado desorden en la casa, como el que suelen dejar los ladrones cuando revuelven todo en busca de objetos de valor, y hasta que ella no declare no podemos saber si le han robado algún bien. A simple vista, no se nota que falte algo”, informó ayer el subjefe de la Comisaría 6ª, subcomisario Jorge Flores.
“De los electrodomésticos parece que no falta ninguno, habría que ver si le falta algún otro objeto, o dinero que podía tener guardado”, dijo ayer el jefe de la seccional, comisario inspector Carlos Villegas.
El policía explicó que, además de la jubilación, la mujer tenía otro ingreso porque cuidaba a una persona discapacitada.
Los familiares de la anciana fueron alertados sobre el ataque por el inquilino, Hugo Alberto Suárez, un jornalero de 40 años, de la localidad norteña de San Martín.
“Suárez dice que arribó el domingo 21, a eso de las 20:45, llegó a la casa después de estar afuera todo el día y notó que la puerta de la casa estaba entreabierta. Eso le llamó la atención”, señaló el subcomisario Flores.
El hombre se asomó, vio a la dueña de casa inmóvil, tapada con una frazada y con señales evidentes de que había sido golpeada en la cara y la cabeza, informó la oficina de Relaciones Policiales en un parte de prensa. Suárez fue a avisarle a una conocida de ella, que vive cerca. Esa persona se puso en contacto con los parientes de la víctima. Ninguno de ellos reside en esa zona.
“El inquilino declaró que la había visto por última vez el sábado. Él había salido el domingo a comer en lo de un amigo y a recorrer en busca de un lugar para alquilar, porque la dueña le había pedido que le desocupara la habitación”, dijo Flores. El testigo no especificó cuál fue el motivo por el que la propietaria le había pedido que desalojara la pieza. Le cobraba quinientos pesos de alquiler.
Uno de los datos que más llamó la atención de los policías es que la puerta de calle no tenía signos de violencia.


Más Noticias