Protestaron contra resolución a favor del médico Lombardi

La reacción por la decisión de la Cámara del Crimen Nº 2 de San Luis de dictarle la falta de mérito al médico Sergio Lombardi, que estaba procesado por la muerte de un motociclista y las lesiones que sufrió la acompañante del joven, detonó ayer. Unos ochenta familiares y allegados de Lucas Lucero y Dahyana Ojeda se concentraron frente al Poder Judicial de San Luis para manifestar su repudio a la resolución del tribunal. Están convencidos de que la disposición tuvo más que ver con influencias o amistad del imputado con los jueces que con el derecho.
Redoblantes, palmas, silbatos y gritos de “¡justicia, justicia!” sonaron con intensidad, insistentes. El padre de Lucas, Segundo Armando Lucero, encendió velas celestes y blancas en las rejas de los tribunales, que fueron cerradas por la guardia policial del Poder Judicial. 
Entre los manifestantes estaba Dahyana, la chica que sobrevivió al accidente pero todavía no está restablecida por completo de las múltiples fracturas que le produjo el choque. “Lo que los jueces han resuelto es como decir ‘murió un chico y una chica sufrió lesiones graves, pero acá no ha pasado nada’”, se quejó la víctima.
Dahyana confesó que sintió “bronca, repudio, indignación” al enterarse que la semana pasada, el jueves 22, un tribunal había dejado sin efecto el procesamiento contra Lombardi por la tragedia que la involucró, ocurrida el domingo 8 de setiembre de 2013. “Estábamos esperando el juicio oral y de pronto nos salen con esto, es como retroceder veinte escalones”, dijo.
Según la explicación que dio el presidente de la Cámara Nº 2, Hugo Saá Petrino, en una entrevista que le hizo El Diario el martes –el mismo argumento está plasmado en la resolución del tribunal, integrado además por Gustavo Miranda Folch y Fernando De Viana–, desprocesaron al médico porque dos peritos no se pusieron de acuerdo sobre si el automovilista cruzó en rojo o no el semáforo de la esquina donde su camioneta Jeep Compass fue embestida por la moto de Lucero. Fue en el cruce del camino de la Aguada de Pueyrredón y la calle Fray Mamerto Esquiú, de Juana Koslay.
“Pero hay testigos de que Lombardi cruzó en rojo y yo también vi que a Lucas le había dado luz verde antes de que llegáramos a la esquina”, retrucó ayer Dahyana Ojeda.
“¿Cómo es que no tienen en cuenta el testimonio de mi hija, que fue víctima del hecho?”, se preguntó María Miranda, la mamá de la joven herida, que la acompañaba. 
Por debajo de los anteojos oscuros que se había puesto para protegerse del sol, a la madre se le resbalaban las lágrimas de la impotencia: “Mi hija todavía no se recupera, ya le han hecho cinco operaciones, la última fue el 4 de agosto. Esto ha sido un calvario para nosotros, pero por lo menos la tenemos a ella con vida. En cambio, los padres de Lucas lo perdieron todo”, dijo.
“Lo único que queremos es transparencia. Estamos seguros de que esta resolución tiene que ver con las influencias que Lombardi tiene, por ser el ex esposo de una juez de Cámara de Concarán”, dijo Guillermo Lucero. Se refería a la camarista Sandra Piguillem.
“Desde el principio Lombardi se movió para obtener impunidad. En la Comisaría 5ª les informaron a ustedes, los periodistas, que el control de alcoholemia le había dado negativo, cuando en realidad le había dado positivo”, señaló el hermano del joven muerto.
Y recordó que, de modo muy sugestivo, en la seccional de Juana Koslay que hizo las actuaciones del choque se “traspapeló” la declaración de un testigo que afirma haber visto que la camioneta cruzó en rojo.
La denuncia de aquella irregularidad motivó que la Jefatura de Policía sumariara a dos efectivos de la seccional, la oficial Marcela Llanos y el oficial principal Alejandro Olmos. Y ayer, los familiares de las víctimas, además de dedicarles pancartas y pintadas a Lombardi y a Saá Petrino, también les dedicaron dos a ellos, acusándolos de complicidad.
En otras, le preguntaron al magistrado “Saá Petrino ¿cuánto vale la justicia?”. Y al médico lo acusaban de  “comprar la justicia”.