A la Escuela Hogar Nº 11 “Granadero José Manuel Aguirre” de La Totora asisten setenta y tres chicos, veintiuno de ellos permanecen en la institución de lunes a viernes, pero todos desayunan y almuerzan allí. La falta de mantenimiento del edificio produjo la falta de luz y energía eléctrica en algunos sectores; que el sistema de agua caliente no funcione; que el cielorraso de la cocina y otros sectores se desprendiera; que se cayera el revoque de las paredes, y “lo más grave es el escape de los desperdicios cloacales y las aguas servidas salen por un costado de la escuela”, detalló la senadora por el Departamento Pringles, Dominga Torres, quien el jueves presentó un proyecto ante la Cámara de Senadores para manifestarle a los ministerios de Educación y Salud las condiciones precarias con las que conviven esos niños.
“Principalmente buscamos que aporten las soluciones definitivas para que la comunidad educativa, continúe cumpliendo con su objetivo: educar a todos los chicos, y que los que se alojan en la institución lo hagan de manera segura y cómoda, ya que hasta se han bañado con agua fría”, dijo Torres.
La legisladora especificó que desde octubre realizó varios reclamos al Ministerio de Educación y nunca obtuvo respuestas. “Todavía estoy esperando para reunirme con alguien que quiera ayudarnos. El vicegobernador dijo que iba a gestionar el nombramiento de un cocinero, ya que la persona encargada falleció. Recorrí las habitaciones y la estructura de las camas es malísimo; algunos techos se volaron y otros están a punto de caer”.
La directora, Sandra Lucero, explicó que todo comenzó a “venirse abajo”, cuando cerraron la cantera del pueblo. En la escuela se alojan los chicos Antonio de los Chañares, Mármol Verde, Loma del Medio, La Toma y Los Membrillos. Lucero afirmó que la mayoría de los niños provienen de familias de escasos recursos.
“La escuela está dividida en dos partes: la pedagógica, que funciona de 8 a 15; y la asistencial, de 15 a 8, cuando entran a clase. El edificio se ha ido deteriorando con el paso del tiempo, hace poco comenzó a salir el agua servida que va a parar a un arroyo y lo está contaminando; el agua caliente tampoco funciona, hay sectores en los que no tenemos energía y tenemos que traer un freezer para donde están las aulas”, contó y continuó: “Dominga gestionó colchones y llegaron hace una semana. En el techo del baño de varones se desmoronó una parte, hemos bloqueado esa parte, el de las nenas también está clausurado. Yo fui a reclamar, pero me dijeron que estaban trabajando en el tema de las inundaciones de marzo”.
A la larga lista de cosas que faltan, Sandra agregó que por momentos el suministro de agua se corta; que muchos de sus alumnos dejan de estudiar porque no hay una escuela con secundario completo cerca (allí sólo dictan los nivel inicial, primario y secundario hasta tercer año). “Hay deserción porque a muchos se les dificulta movilizarse y son largas las distancias”, explicó.
Los niños duermen en cuchetas que habría que renovar. “Las hemos hecho arreglar pero están muy viejas”, detalló la directora, quien afirmó que hace falta calefactores en invierno y luminarias alrededor de la escuela.
Lucero se animó también a pedir un cocinero “urgente”, todo sea para que sus alumnos tengan una mejor calidad de vida.
Solamente por las cloacas
“Me llegó una notificación en la que me decían que no había luz, en ciertos sectores, lo que impedía el normal desarrollo de las clases. Sobre todo era la cámara séptica, que sufrió desperfectos y tuvo pérdidas cloacales. Ya me reuní con SAPEM, arbitramos los mecanismos para que todo se resuelva de inmediato. No tengo los requerimientos, pero creo que también teníamos que reparar un cielorraso”, dijo el jefe de Programa Infraestructura y Sociedad, Leonardo Córica.
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