Gonzalo Amondaraín: "Vamos a apoyar la investigación"

El inmenso despacho ministerial parece todavía un ámbito ajeno para Gonzalo Amondaraín. Menos de un mes en el cargo es poco tiempo como para familiarizarse con tanto despliegue de mobiliario, banderas (una argentina y otra de San Luis), fotos (se ve a Perón y Evita en un rincón y a Claudio Poggi con la banda en otra). En un pizarrón se reflejan las áreas sembradas con los principales cultivos, otro da cuenta del número de cabezas de ganado que tiene la provincia y más allá está el escritorio con dos sillas enfrente, aunque el flamante ministro prefiere los sillones de cuerina negra y la mesa ratona para entregarse a la entrevista exclusiva que le propuso la Revista El Campo y que él aceptó gustoso, ya que también sirvió de presentación mutua.

"El Gobernador en primer lugar me pidió que sigamos apostando a la producción, que hagamos hincapié en el fomento a la agroindustria y que apoyemos a Sol Puntano".

"La verdad es que me sorprendió la convocatoria del Gobernador. No porque no conozca el campo, vengo de una familia relacionada con él. Mi padre, Carlos, es veterinario; y mi hermano Diego preside el Centro Ganadero de Buena Esperanza y Batavia. Yo elegí los números, soy contador público, pero tengo ligazón con el campo", cuenta el ministro, hombre del departamento Dupuy, la zona que más cabezas de ganado tiene en todo San Luis y donde el desarrollo se hace patente.

—¿Qué le pidió el gobernador Poggi cuando le propuso el cargo?

—Seguir apostando a la producción, la diversificación, la agroindustria, apoyando a Sol Puntano y todo lo que tenga que ver con el Arraigo Rural. Nada nuevo, ya lo venía haciendo Felipe (Tomasevich), esto es una continuidad. Encontré un ministerio ordenado, con políticas a largo plazo, como le gusta al gobernador. Seguiré con la línea actual.

—¿En qué área le gustaría dejar un sello propio, más allá de esa continuidad?

—En la investigación, el campo avanzó mucho, es necesario estar a la vanguardia de esos cambios y eso se logra apoyando las nuevas tecnologías y dándole prioridad a las investigaciones en todos los campos. Una visión más científica pensando a futuro.

—¿Dónde va a canalizar esa inquietud?

—En Sol Puntano, quiero darle más trascendencia a la empresa estatal, tiene el personal adecuado para confiarle investigaciones que nos permitan avanzar. Por ejemplo, hay mucha preocupación entre los productores de todo San Luis por el avance del Palque, una maleza que mata al ganado que la consume. Quiero que se estudie cómo combatirla, vamos a crecer en número de cabezas y en la recuperación de campos que hoy están ociosos por esta maleza que es muy tóxica.

—¿Qué otro aspecto de la gestión cree que hay que profundizar?

—Hay que federalizar más el ministerio, tenemos lugares a los que la llegada es escasa, y son justamente los que habitan los pequeños productores. Hacia ellos hay que volcar todo el esfuerzo, porque los grandes tienen más espalda. No digo que no hay que atender sus reclamos, pero los otros son más urgentes. Arraigo Rural, el Plan Toro, la instalación de pantallas solares, la erradicacón de viviendas rancho, la electrificación, el papel de la mujer en el campo y ahora el plan que les lleva baños dignos son temas a tener muy en cuenta porque ayudan a que la gente se quede donde nació y pueda desarrollarse sin necesidad de venir a hacinarse a las grandes ciudades.

—Recibió la visita de dirigentes rurales. ¿Qué le pidieron?

-Estuve con la gente de la Sociedad Rural Río Quinto, que vino con la conducción de Cartez; y también con los de Confederaciones Rurales de San Luis. Tienen inquietudes en común: la seguridad en sus campos, el estado de los caminos rurales, el arraigo rural y por supuesto: siempre van a pedir beneficios impositivos. Yo les planteé que San Luis hizo mucho por el campo con sus autopistas, la electrificación y el apoyo a los pequeños productores y lo vamos a seguir haciendo. Pero ellos también tienen que hacer su aporte. Hubo un buen diálogo.

—Habló de seguridad, de caminos, de escuelas. No son temas que dependan exclusivamente de su ministerio.

—Por supuesto, son interministeriales. En los caminos trabajan consorcios que dependen de Vialidad, por la situación de las agrotécnicas ya tuve una reunión con Marcelo Sosa (ministro de Educación), por la seguridad hay que trabajar en conjunto con esa cartera y con la Policía. Medio Ambiente también roza nuestra gestión en algunas áreas y lo mismo pasa con San Luis Agua, que ya no depende del Ministerio del Campo.

—¿Siente que es un recorte de poder? Porque Tomasevich era el presidente de San Luis Agua...

—Para nada. El Gobernador decidió desdoblar las competencias y está bien. A mí me propuso ser ministro del Campo y Hugo Guzmán Durán asumió allí. Tenemos que trabajar en conjunto por el bien de la gente. Creo incluso que era mucha carga ejercer las dos funciones.

El único tema que parece distraer a Amondaraín cuando no se habla del campo es el fútbol y su debilidad por Racing Club. Y también su próxima paternidad, una nena para completar la trilogía en una familia que decidió seguir en Buena Esperanza y a la que el ministro visita cada fin de semana, siempre y cuando no haya actividad oficial. "Un día mi mujer me va a terminar matando, porque voy poco y cuando lo hago, termino en la cancha sufriendo con Cultural Argentino...", dice con una sonrisa quien es justamente el presidente del club que tiene la camiseta como la de Boca. "Al Sur le falta una liga organizada, pero tenemos una copa muy interesante en pleno desarrollo, ya pasamos a semifinales", cuenta con entusiasmo mientras sueña "con una final contra Huracán, el otro equipo de Buena Esperanza".

—¿Le cambió mucho la vida?

—Bastante, pero recién me estoy acomodando. Tengo mucho trabajo de escritorio por ahora, salgo poco a ver los productores, apenas me organice bien, empezaré a girar por toda la provincia.

—¿Qué opina del Plan Maestro del Campo?

—Es una herramienta útil, pero hay que actualizarla. Rige desde 2005, cuando se creó el ministerio, una década es mucho con la escalada tecnológica que vivió el sector. Felipe ya trabajaba en eso. Quiero rescatar que se puso a mi disposición para lo que hiciera falta, es un gran gesto, necesario para el campo.

—También hay en marcha un Plan Maestro de Logística, ¿le parece interesante ahondar en ese tema?

—No tengo muchas precisiones todavía. La logística hace a la actividad del campo, pero por ahora lo está manejando la FISAL. Son muchas las cosas que me faltan ver, por ejemplo todavía no tuve tiempo para visitar la ZAL y es un motor importante del campo.

—¿En qué aspectos de la gestión cree que hay que poner más incentivos?

—Tenemos dos metas claras en ese sentido. Por un lado la implantación de pasturas perennes, una idea que el Gobierno trajo de Australia y ya estamos probando en Dupuy, detrás de Unión. Es una prueba piloto, pero si se adaptan bien, serán de gran ayuda. También queremos incentivar la retención de vientres, que los productores no se vean en la obligación de vender las madres.

—¿Por qué San Luis no tiene un buen desarrollo ovino?

—Lo tuvo y lo va a volver a tener. Falta un trabajo más continuo, es una actividad que siempre fue una buena fuente de ingresos para los pequeños productores. En algún momento no fue rentable y decayó, pero hay potencial para reconstituir ese sector.

—¿Cómo ve el momento del campo?

—Muy bien. Nunca soñé con ver a San Luis produciendo arándanos, cherrys, porotos, nueces, almendros. Hay diversificación, con más valor agregado vamos a seguir creciendo.