La vida de María cambió considerablemente por un grupo de hombres que se asentaron en una vereda cercana a su casa. La mujer tiene una hija discapacitada a la que, por ejemplo, ya no puede mandar a hacer las compras por el peligro que corre.
La joven tampoco puede pasear o caminar por la zona ante el temor que le produce alguna reacción que tengan los miembros del grupo que toman, se violentan e incluso han llegado a robarles a los vecinos.
Han roto vidrios de autos, amenazan a los peatones con armas blancas y hay hurtos.
Para los habitantes de la zona, la avenida España dejó de ser un lugar tranquilo y el miedo hasta de salir a la calle es permanente.
No sólo de María, quien vive a escasos metros de la vereda en cuestión, sino de casi todos los ocupantes de las casas cercanas. La mujer que accedió a dar su testimonio a El Diario también está preocupada por sus nietos. “No pueden salir a la vereda porque por ahí andan personas que se desnudan y llenan el frente de mi casa con todo tipo de suciedad. Abrir la ventana no se puede por el olor y si corrés las cortinas te podés encontrar con alguien defecando a plena luz del día”.
Lo que era una vereda, de una casa abandonada como cualquier otra de San Luis, se convirtió en zona de nadie.
Está ubicada en España, entre San Martín y Pasaje Llerena, apenas a unos 50 metros de lo que era la vieja terminal de ómnibus de la que ahora se hace cargo el Municipio. Los habitantes se quejan porque se volvió una especie de aguantadero. Comentan que hace unos años sólo vivían 3 personas en situación de calle, pero hace un año que cada vez hay más gente que vive ahí de manera permanente.
Todos los días deben soportar que hagan sus necesidades a cualquier hora sobre sus veredas y a plena luz del día, también manifiestan que consumen mucho alcohol y que se generan situaciones violentas entre ellos. La mayoría de los vecinos ha sufrido algún tipo de consecuencia o altercado.


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